La visita que hicieron el gobernador Gallardo y el alcalde capitalino Galindo a la Presa de El Realito revela varios puntos.

Que mínimo se interesaron en ir como autoridades, o al menos de manera pública. Y que tampoco debe aplaudírseles, es su obligación.

Y esto implicó reconocer una urgente necesidad de ver de cerca el gravísimo problema que tiene este recipiente.

Las fugas que en su interior tiene la cortina tardarían meses en repararse. Ya no hay tiempo, la zona metropolitana capitalina se está ahogando, irónicamente, en un vaso vacío sin agua.

Se habla de casi 60 millones de pesos para su reparación, solo de la cortina en una primera fase, esto sin contar el famoso ducto que lleva el vital líquido.

Dinero que no tiene a disposición tan fácil el estado y menos el municipio. Correspondería al gobierno federal.

¿Pero qué sigue?

Son las autoridades las que deben encontrar una solución adecuada y mientras la desconfianza empiece a cubrir al Interapas, más difícil será lograr la paciencia ciudadana.

El presidente de la Coparmex y líder empresarial potosino, Luis Ortuño, le puso el cascabel al gato.

El nuevo titular del organismo, Antonio Lugo, “ni es potosino, no ha vivido en la capital y no conoce el problema”.

Para una relación -de cualquier tipo- se parte de la admiración y la confianza. Si no se tienen será difícil que dure.

“No nos queda otra más que bailar y rezar para que llueva”, terminó Ortuño. Será a la Virgen de la Cueva, como cantan los niños.

Pues empiécele Lugo para que lo quieran; empiécele Ortuño para que llueva; o empiécenle autoridades para ambas.

Hasta el lunes… Hasta el lunes…