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Antonio Esper: Categoría Política
00:06 miércoles 12 abril, 2023
DESDE LA REDACCIÓN SLPLa partida física del Señor Don Antonio Esper Bujaidar, el día de ayer a los 91 años de edad, cierra una de las paginas de la historia contemporánea de San Luis Potosí. Del huasteco de origen libanés se podría escribir mucho en su biografía empresarial y política.
Miembro de una de las familias más importantes de la huasteca potosina en los últimos 80 años que fomentó e impulsó la vida económica de la región a través del comercio de abasto y agropecuario. Y en el ámbito político -tema en el que acabó entrando por el éxito mismo de su vida en la iniciativa privada- se convirtió en bandera y referente de una huasteca potosina setentera a la que, si bien por su riqueza agropecuaria tenia vida propia, solo le faltaba el empuje que los tiempos le exigían en la vorágine de la modernidad y el desarrollo social a través de políticas publicas que detonaran su crecimiento. Don Antonio las detonó. Su visión como empresario, como hombre de negocios, le dieron entonces la pauta y óptica que como político y funcionario público una sociedad –de su tiempo- requería.
Y no solo la de su tiempo… Ciudad Valles -su entrañable tierra- fue el eje de su actividad como servidor público:
Regidor en el trienio de Margarita Baconnier de 1967 a 1970.
Alcalde en dos periodos, el primero de 1976 a 1979 y el segundo de 1988 a 1991. Épocas en las que destacó su trabajo, sobre todo en materia de obra pública. Ejemplo, las remodelaciones y ampliaciones al vitalísimo Blvrd. México-Laredo, accesos a colonias que no contaban ni con tierra aplanada en sus calles o remodelaciones al mismo centro vállense.
Diputado federal en dos ocasiones por el Partido al que también presidió en su comité estatal y del cual sin duda ha sido uno de sus mas importantes y leales eslabones: el PRI.
En el ámbito estatal fue titular de la Secretaria de Obras y Servicios Públicos del gobierno de Horacio Sánchez Unzueta, en donde se le recuerda por el gran trabajo que hizo en todo el estado, así como por las importantes remodelaciones que se le hicieron al Centro Histórico capitalino. Y de igual manera al final de su vida publica en los Parques Tangamanga. El legado de don Antonio Esper, sobre todo para la actual clase política potosina, descansa en pilares que, para el servicio público y para la política misma, se requieren: visión, vocación, señorío y categoría. Se trata de un hombre que en su tiempo logró entender las necesidades de su sociedad - la vállense o igual pudo haber sido un municipio del altiplano, no importaba, y de ahí la amplitud de su visión y vocación- y lo más importante: darle respuesta a través del trabajo y vida a través de su entrega. Pues por ese entendimiento, fue también que adversarios le vieron como honorable y de nivel. Político respetuoso en las formas y atrevido en los retos. Su dedicación en cuerpo y alma fue el motor que le permitió seguir entendiendo la política y social del San Luis Potosí de hoy que junto con otros y otras construyó. Que, si bien era distinto al de su época, lo entendió y le siguió prestando sus servicios. Pues nunca dejo de amar a su estado, y menos seguir pendiente de su huasteca en las últimas 91 primaveras que gozó.
De ahí entonces que su ejemplo sonara para los de su generación y quienes lo siguieron. Y siga sonando para los de hoy y quienes le deben de aprender al conjuro de su nombre.
Hombre respetado y respetable por propios y ajenos. Desprendido y humano. Nombre que guarda en su trayectoria y legado el recuerdo de su vida y la categoría política de su ejemplo: Don Antonio Esper. Descanse en Paz