Si los expertos en materia urbana y de movilidad lo han dicho hasta el cansancio, que si no se construye una ruta alterna a la Carretera 57 esta ciudad no va a cambiar de panorama vial, muy distinto también es el tema de politizar temas urgentes como la movilidad misma. Lo escribimos hace unas semanas. Las autoridades deben de priorizar las obras publicas sin ninguna etiqueta de color o apellido, siempre y cuando -una vez revisadas si quieren y analizadas- objetivamente cumplan con su cometido. La Ruta Alterna a la Carretera 57, que partiría del final de la Calzada de Guadalupe desde el Periférico Sur hasta el Eje 140, es la mejor opción por encima de la avenida Salk. Hay estudios. Un segundo piso sobre la Carretera 57 que parta del Distribuidor Juárez hasta la Zona Industrial, no disminuirá el tráfico. Hay estudios. De entrada, durante el tiempo en que se estén desarrollando las obras, el tráfico de esta vía se sumará a los más de 67 mil vehículos que diariamente atraviesan el Periférico Suroriente y nororiente. Y ya terminado el segundo piso, seguirán los problemas de coordinación del vasto número de vehículos que irán y vendrán a todas horas y todos los días. No se trata de construir por construir. Un ejemplo claro es la cancelación de AICM en Texcoco para darle vida a un aeropuerto militar viejo remodelándolo. La obra pública debe ir más allá del nombre y apellido de quien lo propone.