Los comentarios coloquiales con cierta comicidad son, desafortunadamente, una triste realidad: “las cárceles tienen puertas giratorias”.

No es real, pero se acerca. La semana pasada se dio a conocer la fuga de un delincuente de cierto riesgo del penal de Tamazunchale.

La realidad carcelaria tiene un escenario lamentable y abandonado de la mano del estado. Son realidades tan burdas como la fuga de un reo.

Si bien es cierto es una cárcel de menor riesgo, tampoco debe tomarse a la ligera que se trata de una cárcel no de un centro vacacional. “En el penal no tenemos ahorita una cámara que esté funcionando”. Es de vergüenza el lamento del director de Prevención y Reinserción Social del Estado, Jesús Juárez Hernández. Lo de la puerta giratoria, es un sarcasmo con que se refleja que el delincuente entra y sale al mismo tiempo o por falta de un sistema de justicia adecuado que le haga cumplir una condena o en este caso porque literal trae llave o le abren la puerta. Increíble entonces que en Tamazunchale, dejando ya de ser un pueblo en la sierra sur Huasteca, se escapen reos y la autoridad lo adjudique a la falta de cámaras de vigilancia. Hasta mañana