El anuncio del arribo de cerca de 300 elementos del Ejército Mexicano a la entidad, concretamente arribando a Matehuala junto con elementos de la Guardia Nacional, para reforzar la seguridad en dicha demarcación del Altiplano potosino es un alivio, más no la solución. Si lo que se busca es garantizar el estado de derecho de la ciudadanía, tanto habitantes como los que transitan, el esfuerzo es válido. Pero falta mucho. Las noticias que han colocado a la entidad en las primeras planas respecto del infierno que representa atravesar dichas carreteras del norte potosino seguirán latentes en el miedo y desconfianza de México entero. Lo que sigue es reforzar la coordinación real y tangible entre autoridades estatales y federales, junto a lo que quede de lo municipal, a fin de encontrar una solución a tan grave problemática. Ese es un problema:

Las policías municipales.

La mayoría, y de municipios menores, sin recursos, ni mandos y menos confianza. Hoy más que nunca deben de recuperar al país las autoridades. Reivindicar su nombre y dotar de libertad a todas y todos. Podrán ser 300 o 1000, pero si no se tiene la verdadera voluntad de resolver y el legal deseo de encontrar responsables no va a pasar nada. Seguiremos entonces temiendo transitar por nuestras carreteras y caminos. ¿Es justo?