A pocos días después de la esperada reunión entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y el presidente estadounidense, Donald Trump, Alaska también es escenario de uno de los mayores ejercicios militares conjuntos del año. El Northern Edge 2025, coordinado por el Comando Indo-Pacífico de Estados Unidos, reúne a más de 6 mil efectivos, alrededor de 100 aeronaves y siete buques de Estados Unidos y Canadá, con el portaaviones USS Abraham Lincoln (CVN-72) como plataforma insignia. El objetivo: afinar la interoperabilidad para operaciones multidominio en un entorno de competencia estratégica con China y Rusia.

Northern Edge 2025 comenzó el 17 de agosto de 2025 en Alaska, bajo conducción de U.S. Indo-Pacific Command, con actividades repartidas entre Joint Base Elmendorf-Richardson, Eielson AFB y zonas del teatro ártico-aleutiano. La Fuerza Aérea confirmó el arranque ese día y difundió imágenes operativas del despliegue inicial. Por primera vez se ejecuta en paralelo con el ejercicio Arctic Edge 2025, liderado por el (Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte) NORAD y el Comando Norte de Estados Unidos (USNORTHCOM), cuyo calendario oficial abarca todo agosto (1–31 de agosto) en múltiples puntos de Alaska, desde el interior hasta la costa del Estrecho de Bering.

“El Northern Edge 2025 reúne capacidades multidominio en combate de alto nivel para garantizar la preparación para disuadir y, si es necesario, derrotar a cualquier adversario (…) Uno de los objetivos clave [del ejercicio] es la coordinación del mando intercombatiente entre INDOPACOM y NORTHCOM. Esto pone de relieve la importancia de Alaska como ubicación geográfica estratégica clave para la defensa nacional, así como para la proyección de poder en caso de conflicto en el Indopacífico”, dijo el general de brigada Rick Goodman, director del ejercicio.

El despliegue naval incluye a los destructores USS O’Kane (DDG-77), USS Michael Murphy (DDG-112) y USS Frank E. Petersen Jr. (DDG-121), además de nueve escuadrones aéreos del Carrier Air Wing 9 y cazas F-22 con base en Alaska. Por parte de Canadá participan la fragata HMCS Regina (FFH-334) y medios de apoyo, dentro de un paquete orientado a reforzar la logística y el reabastecimiento en escenarios árticos y del Pacífico Norte.

El foco de este año está en ejercicios aéreos y marítimos de alta complejidad—desde superioridad aérea y defensa antiaérea integrada hasta guerra antisubmarina—en un teatro que exige integrar sensores, mando y control, y efectos cinéticos y no cinéticos sobre grandes distancias. Las operaciones se coordinan con Arctic Edge 2025, un ejercicio anual liderado por el Comando Norte (NORTHCOM) centrado en defensa del territorio estadounidense y resiliencia en clima extremo. “Arctic Edge se centra en la defensa nacional aquí en Alaska, y Northern Edge añadirá un nivel muy específico de proyección de poder y una capacidad de combate de alto nivel“, explicó Goodman.

El contexto político añade relevancia. La cumbre Trump–Putin en la Joint Base Elmendorf-Richardson (JBER), en Anchorage, el 15 de agosto, subrayó el papel de Alaska como bisagra entre el Ártico y el Pacífico. Medios y agencias confirmaron el encuentro y su cierre sin anuncios de alto el fuego inmediato, mientras Washington y aliados europeos mantienen consultas con Kiev sobre garantías de seguridad.

Únete a nuestro canal de WhatsApp para no perderte la información más importante 👉🏽 https://gmnet.vip/7Be3H

Para el Pentágono, el valor del adiestramiento no es solo técnico; es estratégico. Ejecutar misiones combinadas en un entorno realista, con meteorología y geografía hostiles, busca reforzar la disuasión y, llegado el caso, sostener operaciones de combate sostenidas desde el flanco norte de Estados Unidos hacia el Indo-Pacífico. Con varios teatros en fricción y un calendario internacional cargado, Alaska vuelve a ser el tablero donde Washington práctica cómo combinar su poder aéreo, naval y terrestre a gran escala.

Con información de Excélsior