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El mismo día que regresó repatriado a México, la FGR lo puso en libertad. Siempre me pregunté por qué AMLO y Gertz nunca le advirtieron a Cienfuegos
00:10 martes 2 diciembre, 2025
Colaboradores
Washington.- “Es gravísimo lo que me cuenta”, fue la reacción en abril de 2020 de Alejandro Gertz Manero, entonces Fiscal General de la República, cuando por teléfono le conté que la DEA y fiscales federales de Estados Unidos investigaban al general Salvador Cienfuegos Zepeda, Secretario de la Defensa Nacional en el sexenio de Enrique Peña Nieto.
Esa conversación telefónica que sostuve con Gertz Manero ocurrió meses antes del 15 de septiembre de 2020 cuando Cienfuegos Zepeda fue arrestado por agentes federales estadounidenses en el aeropuerto internacional de Los Ángeles, California.
El hoy despedido de la FGR habló con este tecleador por lo menos en cinco ocasiones previas a la captura de Cienfuegos Zepeda.
Busqué a Gertz Manero porque, como doy cuenta en el libro “A sus órdenes mi general, el caso Cienfuegos y la sumisión de AMLO al poder militar”, me enteré del caso antes de que ocurriera la detención y deseaba publicar la información pero teniendo fuentes citables que pudieran corroborar el tip que me pasó un fiscal estadounidense.
Gertz Manero me aseguró que averiguaría si alguien en la estructura gubernamental sabía que a Cienfuegos Zepeda la DEA lo ligaba con una fracción del Cártel de Sinaloa, acusándolo de corrupto y de narcotráfico.
Estoy convencido que Gertz Manero no tomó en serio lo que le dije sobre la investigación a Cienfuegos Zepeda y jamás consultó con nadie.
La ineficacia del ex fiscal y futuro embajador de México en “algún país amigo” saltaba a borbotones desde entonces.
Contrario a lo que me ocurrió con el incrédulo ex fiscal, Marcelo Ebrard y Martha Bárcena, Secretario de Relaciones Exteriores y embajadora de México en Estados Unidos, respectivamente, fueron las otras dos personas del gobierno de AMLO a quienes consulté sobre el caso Cienfuegos Zepeda que tenía en manos la DEA.
Ambos atendieron con atención y precaución mis comunicaciones, investigaron por su parte sin poder confirmar nada y en el caso de Bárcena, ella incluso se lo informó con antelación a López Obrador quien, después del arresto del general, lo declaró públicamente en una de sus conferencias de prensa mañaneras.
“Es usted un chingón”, fue la reacción que tuvo para conmigo Gertz Manero cuando por teléfono me llamó horas después de que a Cienfuegos Zepeda lo arrestaran en Los Ángeles.
Al igual que AMLO al ex fiscal lo invadió la euforia cuando al general lo agarraron los agentes de la DEA. Al inicio pensaron que esa captura desenredaría la madeja de corrupción en el sexenio de Peña Nieto.
Como lo citó en el libro de sello editorial Grijalbo, ni López Obrador ni Gertz Manero sopesaron las consecuencias que tendría para las estructuras marciales del país el que a un ex Secretario de la Defensa lo enjuiciaran en Estados Unidos por narcotráfico. Un tifón de presión de la Secretaría de la Defensa Nacional se fue encima de López Obrador para que hiciera lo que fuera necesario, sin escatimar en nada, con tal de salvar a Cienfuegos Zepeda. Un juicio público a uno de los príncipes de las fuerzas marciales de México podría haber embarrado a muchos más.
La sumisión de AMLO al poder militar quedó más que expuesta, logró que el gobierno de Estados Unidos lo repatriara a México bajo la promesa de que la FGR se haría cargo de darle seguimiento a la investigación y actuaría en consecuencia.
Todos sabemos qué ocurrió con Cienfuegos Zepeda: nada.
El mismo día que regresó repatriado a México, la FGR lo puso en libertad y eventualmente lo exoneró de cualquier delito argumentando que los documentos recibidos de Estados Unidos no probaban nada.
Siempre me pregunté por qué AMLO y Gertz Manero nunca le advirtieron a Cienfuegos Zepeda de que la DEA y fiscales de Estados Unidos lo tenían en la mira. Mi hipótesis es que AMLO no le creyó a la embajadora Bárcena y obviamente Gertz Manero tampoco al tecleador.
Si se lo hubieran comentado a alguien en las estructuras del poder de la Defensa Nacional, tal vez Cienfuegos Zepeda se hubiera salvado de haber sido humillado por la DEA al ser encerrado en una celda.
López Obrador se reivindicó con el poder militar salvando de las garras de la justicia estadounidense al general Cienfuegos Zepeda.
El ex fiscal general, por su parte, lo hizo poniéndolo en libertad en cuanto puso un pie en México y luego exonerándolo de todo mal.
POR: J. JESÚS ESQUIVEL
@JJESUSESQUIVEL