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Extasiado también ante esta realidad mega esperanzadora, el Doctor Patán reconoce, sin embargo, que es momento de cantar victoria
00:10 lunes 29 septiembre, 2025
ColaboradoresEl Doctor Patán leyó el otro día con solidaridad y empatía al compañero Yorch, que, en un paroxismo revolucionario, dijo que nuestra presidenta conjugaba lo mejor de dos mundos: el impulso justiciero de la 4T, comprometido fanáticamente con sacar de la miseria al pueblo bueno, y el espíritu científico. “Justicia social con Excel”. Hagan de cuenta que en una misma persona se reunieran el humanismo de un Stalin con el rigor metodológico de un Oppenheimer. Lo mejor de dos mundos.
Extasiado también ante esta realidad mega esperanzadora, el Doctor Patán reconoce, sin embargo, que es momento de cantar victoria. La parte del paroxismo sí la tenemos muy arraigada. Somos un movimiento blindado a las amenazas de la duda. Ahí, palomita. Donde todavía andamos fallones es en la parte científica. En la parte Oppenheimer. Este… No voy a decir “defecto”.
Esta ventana de oportunidad se la debemos, como tantas cosas, al Ex Quinto Presidente Más Popular del Mundo. Recordemos, por ejemplo, lo del detente contra el COVID, una respuesta a la pandemia que acompañó con sugerencias como no robar y comer tlayudas y doraditas en familia, en los establecimientos populares. Es el mismo presidente que aseguró que para sacar petróleo había que meter un popote en el piso y esperar pacientemente a que saliera el oro negro, y el que sostuvo en Conacyt a la compañera Elenita, que también cumple más con la parte Stalin que con la parte Oppenheimer. Es muy bonito su compromiso con desterrar la ciencia neoliberal, objetivo que cumplió con un celo nunca visto (lo de tratar de meter científicos a la cárcel fue una iniciativa, hay que reconocerlo, francamente original en su contundencia).
Ahora bien: la vacuna Patria, diseñada para la primera oleada de covid y que no había aparecido ni siquiera en la séptima, como los ventiladores que parecían una bomba de vulcanizadora y acabaron en Cuba, no la dejaron en un lugar precisamente deseable. Sin mencionar que le quitó cualquier posible legitimidad a la lucha contra los transgénicos, que veía como la semilla del diablo imperialista incrustada en la sagrada tierra prehispánica. Como un agravio contra la madrecita Tonanzin, por decirlo así.
Sí, tiene mucho trabajo el Segundo Piso de la transformación, como pudimos constatar con el arrebato de la compañera diputada local veracruzana que, sin concesiones al escepticismo, asegura que en aquellas tierras diseñaron ya una nave espacial que irá a Marte cargada del delicioso café de Coatepec. Ah, o como el presunto tuit de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario del mismo estado, que cataloga al plátano como una especie que se captura en “aguas marinas y sistemas lagunares”. Que no está seguro su Doctor de que sea auténtico, pero que sin duda tiene otro rasgo muy de nuestro movimiento: es creíble.
POR JULIO PATÁN
COLABORADOR
@JULIOPATAN09