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Nuestro líder tiene un pecho que no es bodega y necesita descargarlo de verdades contra...
00:06 jueves 13 abril, 2023
ColaboradoresNuestro líder tiene un pecho que no es bodega y necesita descargarlo de verdades contra la prensa, los gringos o los conservadores. Liberar vapor; expulsar angustias e indignaciones Estoy realmente preocupado por la exigencia de que se acaben las mañaneras. O sea, entiendo que la resistencia popular muy probablemente impedirá que desaparezca ese ejercicio insuperable de rendición de cuentas y comunicación, y que los sepulcros blanqueados tendrán que masticar otra derrota. El pueblo está con nuestro Presidente. Con todo, algo de preocupación anida en mi alma. Caray, la política es rara y en una de esas, por alguna combinación desafortunada de hechos y decisiones, por algún descuido, nos quedamos sin el programa matutino más importante desde Chabelo. Me preocupa, sobra decirlo, por varias razones, la primera de las cuales: no estoy seguro de que, solitos, entre La Jornada, El Chamuco y Sabina Berman, aun con toda esa simpatía, logren responder a las tremendas necesidades de comunicación de un movimiento tan poderoso como la Cuarta Transformación. Pero lo que más me preocupa es la salud mental de nuestro líder, y por extensión su salud física. Me explico. Hoy por hoy, el trabajo diario estándar del Licenciado suma algo menos de tres horas, entre la reunión del equipo de seguridad y la mañanera. Esa parte del protestantismo no la tiene tan asimilada, no. Así, y salvo alguna inauguración con el Ejército, banderita en mano, o alguna clase de historia con la ONU o el G-20, esos momentazos de grandeza planetaria, o la redacción de una carta para los chinos, ejercicio que no parece tomarle mucho tiempo, su día de chamba duraría unos 45 minutos. Okey: no podemos aceptarlo. No es sano. No lo es, primero, porque nuestro líder tiene un pecho que no es bodega y necesita descargarlo de verdades contra la prensa, los gringos o los conservadores. Liberar vapor; expulsar angustias e indignaciones. Y no lo es porque su estómago, en cambio, sí que lo es. Para nada es queja. Qué bueno que tenemos un caudillo viril, capaz de comer como un verdadero hombre. Eso es lo que necesita Mexico: un tanque de testosterona, un vikingo macuspano, y no señoritingos de nutriólogo y entrenador personal con el trajecito ceñido, tipo Macron o Biden. Así nos gusta nuestro líder: bragueta a media asta, la guayabera súper slim fit y los zapatos sucios, como de recorrer el campo mexicano. Dicho lo anterior, hasta los machos alfa más imponentes necesitan riendas. Cierto control. Para decirlo claramente: prodigioso como es, no sé cuántos mandarriazos de puchero tabasqueño puede aguantar ese cuerpo, cuántas gorditas, cuánta barbacha. Dos horas más al día, y encima permeadas de ansiedad no canalizada, para asaltar el bien surtido refrigerador de Palacio Nacional, pueden tener consecuencias gravísimas. Pueblo: cuidemos de los excesos al Mayor Tesoro de la Nación. Nos estamos jugando la patria. Mañaneras forever. Sigan al doctor Patán para más consejos sobre terapia ocupacional.
Julio Patán
Colaborador
@juliopatan09