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Evergrande ha entrado -al menos así parece- en un problema grave de liquidez.
00:07 jueves 23 septiembre, 2021
ColaboradoresA principios de esta semana la noticia de mayor relevancia en el ámbito financiero y económico se dio con relación a los problemas de liquidez de la empresa china Evergrande, ¿qué tan grande es?, esta organización se ha constituido como la segunda más importante del sector inmobiliario y es una empresa que forma parte del Global 500, lo que en otras palabras significa que pertenece al selecto grupo de 500 empresas más importantes del mundo por su volumen de ventas lo que supone que ésta contribuye al PIB de China con el 2%. Esta empresa genera empleos indirectos por alrededor de los 3.8 millones, además de los 200,000 directos, con casi 1,300 proyectos en 280 ciudades y con venta de casas a alrededor de 12 millones personas, esta empresa opera en otros sectores como el de vehículos eléctricos, tecnología, parques temáticos y seguros de vida entre otros. Evergrande ha entrado -al menos así parece- en un problema grave de liquidez, lo que quiere decir que tiene vencimientos a los cuales no podrá hacer frente en el tiempo establecido, elevando el riesgo eminente de una suspensión de pagos por parte del gigante asiático, este coletazo del dragón chino ha cimbrado de manera alarmante a los mercados financieros de todo el orbe y le platico su importancia en tres puntos. Primero, es inevitable que surja la pregunta ¿y es la única empresa en esas condiciones?, porque si una sola organización provocó la caída generalizada de las bolsas en el mundo ¿qué podrá suceder en los mercados financieros si aparecen más en esta situación?, la respuesta es simple: caos financiero con múltiples pérdidas económicas, no por algo el público inversionista en días recientes se apresuró a querer deshacerse de sus acciones inmobiliarias en general. Segundo, existe el riesgo de un efecto dominó, es decir, que múltiples empresas de diferentes sectores ligados a la construcción y fruto de la inestabilidad del mercado inmobiliario empiecen a padecer de la misma enfermedad lo que nos podría recordar la crisis del 2008 y 2009 originada en los Estados Unidos y sus consecuencias catastróficas a todo el mundo. Y tercero, de surgir otra crisis inmobiliaria sepultaría con un alud, las esperanzas de un tenue crecimiento económico que se empezaba vislumbrar en el horizonte a corto plazo por lo que los gobiernos tendrían que actuar en consecuencia para paliar la situación lo que significa más problemas a la población. En fin, esperemos que estos solo sea un susto -lo sabremos próximamente- sin embargo, habría que estar preparados para una eventual continuación de la crisis.