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Tres jurados que renunciaron por presiones, vínculos de amistad entre la cabeza del concurso y el padre de la ganadora
00:10 martes 25 noviembre, 2025
Colaboradores
No es contra ella. Pero está rodeada y las dudas envuelven su triunfo.
Los señalamientos de trampa dentro del certamen de belleza, los vínculos de la familia de la ganadora con el dueño de Miss Universo y la infaltable corrupción en la 4T, le son inescapables a Fátima Bosch.
Lo que se supondría sería felicidad colectiva, terminó entre sospechas e interrogantes que se acumulan. El triunfo de Fátima está empañado por vínculos familiares con Morena, negocios millonarios con Pemex y la relación de su padre con el dueño del concurso en el que obtuvo el triunfo. La alegría nacional se diluye para dar paso a un mar de preguntas aún sin respuesta. La victoria de la tabasqueña expone un coctel de poder político, dinero público y espectáculo turbio.
La red familiar de Fátima atraviesa Morena, Pemex, el Senado y hasta el gabinete de la presidenta Sheinbaum. Y los tentáculos de la amistad de su padre, alcanzan la cúspide del concurso.
El papá de la ganadora, Bernardo Bosch Hernández, quien fue investigado por la FGR por presunto enriquecimiento ilícito, es amigo de Raúl Rocha Cantú, mexicano copropietario de Miss Universo, famoso casinero conocido como “el rey del juego”, dueño del Casino Royale -en el que murieron 52 personas en un incendio provocado por la delincuencia organizada-, beneficiado en 2023 con un contrato (para su empresa Soluciones Gasíferas del Sur) de 745 millones de pesos de manos de Pemex, donde trabaja el padre de Fátima. La paraestatal, por cierto, fue una de las primeras en felicitar públicamente a la Miss Universo, en redes sociales.
Una tía de Fátima, Mónica Fernández, fue senadora y presidenta de la Mesa Directiva de la cámara alta y ahora es titular del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado.
La trama estaría incompleta si no mencionamos a tres jueces que renunciaron denunciando presiones directas. Uno de ellos, de nombre Omar Harfouch, asegura tener evidencia de cómo le habrían dicho que “si gana Miss México, es lo mejor para nuestro negocio”. El mismo juez, publicó en sus redes sociales, que “Fátima Bosch es una ganadora falsa”. De hecho, un día antes de la final, en una entrevista con HBO, adelantó que la mexicana ganaría porque su triunfo estaba arreglado.
El coctel difícilmente puede ser más turbio.
Tres jurados que renunciaron por presiones, vínculos de amistad entre la cabeza del concurso y el padre de la ganadora, una familia bien acomodada en la 4T y señalamientos de corrupción, salpicados con contratos millonarios.
La historia del triunfo de Fátima tuvo un giro veloz.
El jueves por la noche, todo México estaba feliz. Antes, el país sintió orgullo de Fátima cuando con valentía alzó la voz ante el maltrato de un directivo en Tailandia, donde se desarrollaba el concurso. Pero las garras de la 4T lo eclipsan todo. Ahora el triunfo de Fátima es un escándalo en todo el mundo, empañado por la corrupción.
POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
COLABORADOR
@MLOPEZSANMARTIN