La salida de Alejandro Gertz Manero de la Fiscalía General de la República (FGR) no debe leerse únicamente como una decisión política, sino como resultado de una inercia institucional insostenible. Frente a una ciudadanía que exige resultados tangibles en materia de justicia y seguridad, la FGR se convirtió en un actor pasivo, sin capacidad para responder a la dimensión del problema. Su desconexión operativa con otras áreas del gabinete y la falta de eficiencia procesal marcaron el agotamiento de una etapa. FGR rebasada. Con más de 37 mil generadores de violencia detenidos por Defensa, Marina y la SSPC, la mayoría de estos casos no pasó del aseguramiento inicial. Las carpetas están mal integradas por las fiscalías estatales que no están recibiendo apoyo de la FGR. Éstas están congeladas o simplemente no han logrado judicializarse. El costo político de la impunidad podría recaer en el gobierno federal. La AIC desactivada. Durante la gestión de Omar García Harfuch al frente de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), la agencia funcionó como un brazo técnico eficaz. Tras su salida, la AIC perdió fuerza operativa y quedó subordinada a una fiscalía sin estrategia de investigación moderna ni capacidad de articulación con inteligencia civil o militar.

Caso Rocha y la imagen internacional de México. La Fiscalía libró una orden de aprehensión contra Raúl Rocha Cantú por su presunta participación en una red dedicada al robo de combustible, tráfico ilegal de armas y lavado de dinero. Rocha Cantú -empresario ligado a Miss Universo- fue beneficiado con un criterio de oportunidad que lo convirtió en testigo protegido. Ese desenlace, incomprensible ante la gravedad de los delitos imputados, dañó la imagen internacional de México y debilitó la credibilidad de la FGR. UIF, sin trazabilidad financiera por la FGR. La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) perdió impulso incluso tras el cambio de liderazgo. No se han construido casos de alto impacto ni se han ejecutado mecanismos sólidos de seguimiento financiero para desarticular redes de corrupción o lavado de dinero. Históricamente, la FGR ha sido una piedra para ordenar congelamientos de cuentas bancarias, retrasar investigaciones sensibles y evitar una coordinación eficiente con la UIF, limitando el alcance de las acciones contra el poder económico del crimen organizado. Golpe de timón presidencial. La renuncia de Gertz -ratificada con rapidez en el Senado- fue resultado de un diagnóstico compartido: la Fiscalía debía alinearse a una nueva estrategia. La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo busca replicar el modelo exitoso de la Ciudad de México, donde la coordinación entre la fiscal Ernestina Godoy Ramos y Omar García Harfuch permitió resultados concretos. La meta es pasar de la inercia institucional a una fiscalía funcional, articulada y con sentido de urgencia. Agenda estratégica: El próximo 4 de diciembre, el CISAN de la UNAM y la Universidad de Arizona celebran el 4º US–Mexico Defense and Security Roundtable, con la participación del doctor y ex agregado de defensa adjunto de EU, Michael L. Burgoyne.

POR: GERARDO RODRÍGUEZ