Arturo Brizio está fuera de la Comisión de Árbitros tras cinco años. Su fuga no detiene los problemas que rondan a este gremio. En entrevista, defiende con puntos pormenorizados su gestión. Habla de una crítica descarnada de sus excompañeros, que no explican con exactitud cuál es la crisis. Su largo recorrido en el balompié le ha permitido salir con la frente en alto, aunque se lleve uno que otro raspón. Como sea, Brizio levantó el vuelo y cede su lugar a Armando Archundia.    ¿Dejó una crisis arbitral? Hay que recordar que antes de mi llegada hubo una revuelta arbitral que paró a toda la liga. Si eso no era crisis, entonces no sé a qué se refieren con lo de hoy. Lo primero era poner orden. Lo segundo, la instalación del VAR y lo tercero, sacar jóvenes. El que llegue encontrará bases para hacer un buen trabajo. Tengo 50 años en el arbitraje y conservo un recorte del periódico Esto que decía: “Crisis en el arbitraje por filtración de información”, es decir, los chismes datan de 1969. Que me expliquen dónde está la crisis.   Se le achaca a que no sacó árbitros nuevos. Una comisión no hace árbitros, sólo coadyuva. Óscar Mejía es un silbante confiable y se hizo bajo mi administración. Están Guillermo Pacheco, López Peñuelas, Camacho Peregrina, Brian González, hay seis o siete que son los hombres del futuro.   ¿Pero no les falta carácter? No, hay una percepción de libertades a ciertos jugadores, pero, por ejemplo, tuve acceso a todos los audios y André-Pierre Gignac jamás ha insultado a un árbitro. Otro tema, que Nahuel Guzmán es el portero que más tiempo pierde y no es así, es del promedio. El Mundial pasado, en Rusia, el árbitro que fue representando a la gran liga española, pitó uno. El que mandé pitó tres, pero parece que aquí no se da reconocimiento de nada. EXCELSIOR