El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo hace unos días que iría a la sede de la Organización de Naciones Unidas, en Nueva York, porque México va a presidir el Consejo de Seguridad de la ONU, y anunció: “voy a hablar de lo que considero el principal problema del mundo: la corrupción que produce desigualdad”. Con qué cara se presentará Andrés ante el concierto mundial de naciones para hablar de la corrupción, por cierto su bandera política, cuando México tiene el índice de percepción de la corrupción más alto de Latinoamérica y el Caribe, según un informe de Transparencia Internacional, dado a conocer la semana que terminó. Según el habitante de palacio nacional, desde el templete de su “mañanera ha dicho que “Se lleva bastante avance, no hay corrupción, aunque les dé coraje a los conservas, ya se acabó. Porque el Presidente no es corrupto y no tolera la corrupción. Se está limpiando de arriba para abajo, como se barren las escaleras, eso es lo fundamental. Si hay corrupción no se puede resolver nunca el problema, porque es mentira que el Presidente no sepa”, dijo. Pero según el informe, que se basa en encuestar a las personas, “En México, el 51 por ciento de los entrevistados dijo que pagó sobornos o tuvo que hacer algún regalo a funcionarios para acceder a servicios, principalmente escolares y hospitalarios, así como para obtener un documento de identidad o un servicio público”.  En nuestro país una encuesta levantada por “Mexicanos Contra la Corrupción” muestra que la percepción de este problema aumenta entre los ciudadanos pues en 2019 el 46 por ciento consideraba que había corrupción en el país y para 2020 subió el porcentaje al 53. Pero Andrés insiste y asegura que se está buscando revertir el proceso de descomposición y decadencia que se fraguó al “calor del mal gobierno, la corrupción y la pérdida de valores. Sin embargo al presidente le persiguen fantasmas muy cercanos, familia o amigos, colaboradores como: Felipa López Obrador, prima del presidente, y sus dos contratos con Pemex por más de 360 millones de pesos, O que tal sus “carnales” Pío y Martín Jesús López Obrador recibiendo dinero en efectivo. Y de sus colaboradores podemos citar a: Octavio Romero Oropeza, director de Pemex que tiene a sus parientes en la nómina de la petrolera; a Zoe Robledo, director del IMSS y la entrega de contratos vía adjudicación directa a negocios de su familia; y el secretario de comunicaciones y Transportes, Jorge Arganis, quién junto a si amigo Julio Scherer su exconsejero jurídico aparecen en los llamado “Papeles de Pandora”

Y que tal Manuel Bartlett y sus casas; su hijo león Manuel que vendía ventiladores respiratorios a sobreprecio al IMSS; Eréndira Sandoval, la ex secretaria de la Función Pública y sus casas no declaradas; Rocío Nahle, la de Energía y los contratos de Dos Bocas para puro amigo, Y la lista puede continuar. Frente a los hechos, lo que sí existe y no se inventa desde ninguna fiscalía y menos se persigue ni se investiga, pero que los mexicanos conocemos, el concierto internacional lo sabe, para qué va a la ONU, a seguir mintiendo, como hasta ahora lo ha hecho. Por cierto mentirle al “pueblo bueno” también es corrupción.