Un acaudalado empresario se convirtió el jueves en presidente del consejo de transición presidencial de Haití que está encargado de restaurar el orden en el país, mientras que el reconocido líder de una pandilla dejó al descubierto los desafíos que se atraviesan en la nación caribeña al amenazar con derrocar al gobierno.

El nombramiento de Laurent Saint-Cyr, celebrado en una oficina fuertemente resguardada en la capital de Puerto Príncipe, donde las pandillas controlan el 90% de los vecindarios, marcó la primera vez que miembros del sector privado de Haití ocupan tanto en la presidencia del consejo como en el cargo de primer ministro, dos cargos que comparten las funciones ejecutivas del país.

Saint-Cyr tuvo sus inicios en una compañía de seguros local mientras que el actual primer ministro de Haití dirigió una empresa de internet.

“Nuestro país está atravesando una de las mayores crisis de toda su historia”, declaró Saint-Cyr durante la ceremonia. "No es momento para discursos bonitos. Es momento de actuar".

Jefe de pandilla lanza advertencia

Horas antes, una poderosa federación de pandillas que desde hace tiempo ha denunciado a los oligarcas de Haití amenazó con derrocar al gobierno, mientras se registraban tiroteos en distintas partes de la capital.

En un video publicado en redes sociales, el líder de la pandilla Viv Ansanm, Jimmy Chérizier, mejor conocido como "Barbecue", advierte a los residentes que den paso libre a su grupo armado a través de varios vecindarios para llegar a la oficina del consejo.

“Pueblo de Haití, cuídense y ayúdennos... en la batalla por liberar al país”, indicó Chérizier, quien apareció con un chaleco antibalas y un fusil automático colgado al hombro.

La misión que cuenta con respaldo de la ONU y es encabezada por la policía keniana indicó en un comunicado que sus agentes frustraron posibles ataques mediante patrullas las 24 horas y aumentando el número de elementos en ciertos vecindarios y alrededor de infraestructura crítica.

"Las pandillas armadas habían planeado interrumpir la estabilidad nacional y hacer que el país sea ingobernable", dice el comunicado.

Llamado al orden

En la oficina del consejo, Saint-Cyr agradeció a todos los actores nacionales e internacionales que han ayudado a Haití, así como al sector privado, al que llamó el motor de la economía del país. Señaló que, aunque proviene del sector privado, servirá por igual a toda la población.

Saint-Cyr se desempeñó anteriormente como presidente de la Cámara de Comercio Estadounidense en Haití y de la Cámara de Comercio e Industria del país. Trabajará con el primer ministro Alix Didier Fils-Aimé, quien fuera presidente de una empresa de internet en Haití y expresidente de la Cámara de Comercio e Industria del país.

Saint-Cyr sostuvo que la seguridad es la máxima prioridad del consejo. Hizo un llamado a las fuerzas armadas para intensificar sus operaciones y a los socios internacionales para enviar más soldados, ofrecer más entrenamiento y ayudar a impulsar una misión que carece de recursos y personal.

"Debemos restaurar la autoridad del Estado", sostuvo. "Los desafíos que enfrentamos están ciertamente vinculados a la inseguridad, pero también son el resultado de nuestra falta de coraje, falta de visión y nuestra irresponsabilidad".

Cuestionó qué era lo que le impedía al gobierno ofrecer los servicios que los haitianos merecen, incluyendo salud y educación. "¡Señor primer ministro, asuma sus responsabilidades!" expresó.

En tanto, 58 organizaciones de países entre los que se incluye a Estados Unidos, enviaron una carta a Saint-Cyr en la que acusaron al consejo de violar sus obligaciones legales hacia las mujeres y las niñas de Haití .

“El abuso sexual colectivo es endémico”, señalaron, destacando que la violencia sexual ha aumentado a medida que las pandillas continúan con su ola de violencia. Las organizaciones también acusaron al gobierno de Haití de estar “completamente ausente” de los refugios en donde las sobrevivientes de violación necesitan de servicios básicos.

Cada vez más personas han expresado su descontento con el hecho de que el sector privado esté al frente del país. Algunos de los ricos y poderosos han sido acusados de financiar y armar a decenas de pandillas.

"Las élites siempre han querido el poder, y siempre han querido controlar Haití, y ahora están en control", dijo Marline Jean-Pierre, una maestra de 44 años que salió a visitar a un amigo en un hospital en el centro de Puerto Príncipe a pesar de los disparos.

Aseguró que ha perdido la esperanza de que las cosas cambien, acusando a los expresidentes del consejo de hacer promesas que no cumplieron.

"En realidad no pasó nada", subrayó. "Las jóvenes siguen siendo violadas, las familias están siendo desmanteladas".

Sin embargo, decenas de haitianos vestidos con camisetas blancas y sosteniendo carteles con la imagen de Saint-Cyr se reunieron fuera de la oficina del consejo para expresar su apoyo.

Horas después estallaron enfrentamientos entre partidarios y detractores de Saint-Cyr.

"Aunque es un mulato con buen cabello, es haitiano", dijo un partidario al referirse a Saint-Cyr, quien es parte de la pequeña y poderosa élite de piel más clara del país, al igual que Fils-Aimé.

¡Permanezcan alerta!

Mientras el país se preparaba para la toma de posesión, los haitianos publicaron una serie de advertencias sobre la violencia con la esperanza de que la población pudiera mantenerse a salvo.

"¡Aquellos de ustedes en la capital, escucharán disparos tanto delante como detrás de ustedes. ¡Permanezcan alerta!" decía un mensaje.

Tripotay Lakay, un sitio local de noticias, informó que una persona fue asesinada y otra resultó herida mientras conducían hacia Puerto Príncipe el jueves. No estaba claro de inmediato qué llevó al asesinato. Un video publicado en las redes sociales mostraba el cuerpo de una mujer desplomado dentro del vehículo.

Intensos tiroteos alrededor del centro de Puerto Príncipe persistieron el jueves por la tarde, y los medios locales informaron que varias personas resultaron heridas. También se escucharon pequeñas explosiones de drones operados por la policía.

También se reportaron actos de violencia en Kenscoff, una zona agrícola sobre las colinas de Puerto Príncipe.

La misión respaldada por la ONU informó que perdió dos vehículos blindados que quedaron atrapados en trincheras excavadas por las pandillas. Apuntó que los policías fueron atacados con bombas incendiarias pero "valientemente mantuvieron su posición, infligiendo daños significativos a los atacantes", mientras que tres agentes sufrieron de heridas menores.

Videos publicados en redes sociales mostraban a presuntos pandilleros que reían y celebraban mientras rodeaban uno de los vehículos blindados que luego fue incendiado.

“¡Vengan a recuperarlo si pueden!”, gritó uno de los hombres armados.

Piden refuerzos

En un informe publicado el jueves, la misión señaló que cuenta con 991 efectivos, mucho menos de los 2 mil 500 previstos, y unos 112 millones de dólares en su fondo fiduciario, aproximadamente el 14% de los 800 millones que se calcula que se necesitan al año.

La misión manifestó que no tiene apoyo aéreo para operativos y que sólo se puede desplegar a 200 agentes a la vez debido a la falta de equipo suficiente, incluidos vehículos.

La misión también señaló que el gobierno sigue siendo frágil: "Las luchas partidistas dentro del gobierno transitorio han tenido el efecto de paralizar al gobierno y envalentonar a las pandillas".

Las pandillas en Kenscoff también secuestraron recientemente a ocho personas de un orfanato, incluido un misionero irlandés y un niño de 3 años. Siguen desaparecidos.

La violencia se disparó tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021, y ha desplazado a más de 1,3 millones de personas en los últimos años.

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Al menos mil 520 personas fueron asesinadas y más de 600 resultaron heridas desde abril hasta finales de junio en todo el país. Más del 60% de los asesinatos y lesiones ocurrieron durante operaciones de las fuerzas de seguridad contra pandillas, y otro 12% atribuido a grupos de autodefensa, según la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití.

Con información de Latinus