El INEGI publicó los resultados de la Encuesta Nacional de ingresos y gastos de los hogares contrastando los datos de la encuesta estacional del primer trimestre de 2020 con la que incluye los datos totales de 2020.

Entre otros datos destacan, en primer lugar, aquellos relativos a las características de las personas y sus edades. En la encuesta en el 2016 los hogares tenían 3.66 integrantes que se redujeron a 3.6 en el 2018 y a 3.55 en la encuesta del 2020. Es una evidente reducción, pequeña en apariencia, pero gradual y sistemática en la contracción del tamaño de los hogares mexicanos.

En segundo lugar, hay una reducción también significativa en el número de integrantes menores de 15 años por hogar; que pasan de 1 integrante en el 2016 a 0.93 y 0.85 en las 2 encuestas subsecuentes.

Por otro lado, los integrantes de más de 65 años pasan de 0.29 a 0.3 y .33 respectivamente. Es claro que en el transcurso de cuatro años la tendencia de reducción de la participación de los menores de 15 años en la población y el incremento de las personas de más de 65 años.

Simultáneamente, los integrantes del hogar de más de 15 años económicamente activos, prácticamente se mantienen en el mismo nivel durante las 3 observaciones, fluctuando entre 1.74 y 1.73 integrantes por hogar. Lo anterior implica que, pese que al supuesto bono demográfico amplió el número de personas en edad laboral, no hay una variación significativa en este indicador, por lo menos en la apreciación de las últimas 3 encuestas.

Se observaba de la encuesta en el 2018 a la encuesta del 2020 del primer trimestre, un crecimiento del ingreso corriente promedio en 4.5% para los primeros 9 deciles de hogares. Sin embargo, con datos del primer trimestre respecto de la encuesta del 2020, el ingreso promedio cayó en casi 10% y lo hizo para todos los deciles de hogar. Ello evidentemente refleja el impacto severo derivado de la pandemia y sus consecuencias económicas.

En las encuestas anuales se observa también una contracción significativa en el ingreso corriente promedio trimestral. Los ingresos por el trabajo que en la encuesta de 2016 eran de 35,800 pesos, crecieron ligeramente en el 2018 a 35,900; pero para él levantamiento de 2020 ingreso cayó a 32,100 pesos. Ello representa una afectación severa a la capacidad de consumo y de satisfacción de necesidades básicas de los hogares, siendo evidentemente más graves esa afectación en los deciles de menor nivel que de por si ya se encuentran en niveles extremadamente precarios.

Con datos de las últimas 3 encuestas es evidente un incremento en las transferencias por beneficios de programas gubernamentales que pasan de 775 pesos trimestrales en el 2018, con un incremento de 50% a 1,166 pesos en el 2020.

Los hogares de menor ingreso no han sufrido una contracción tan significativa en las últimas 3 observaciones. Evidentemente en gran medida ello es resultado de que el nivel de ingreso es tan raquítico que hay poco espacio para que éste empeore.

En el primer decil, los ingresos pasaron de 9,770 pesos trimestrales en 2016 a 9807 en el 2018 y 9938 en el 2020. En contraste, los ingresos promedios trimestrales del decil de mayor nivel de ingreso pasaron de 202,700 pesos en el 2016 a 179,800 en el 2018 y a 163,282 para la observación de 2020. Es evidente que este decil de ingreso mayor agrupa a una población dispersa de hogares con ingresos que pueden ir desde poco más de 70,000 pesos mensuales hasta cantidades considerablemente mayores.

Aun no medimos la profundidad de el efecto negativo que causó la pandemia, además en una sociedad con profunda inequidad que afecta la capacidad de desarrollo económico.

El autor es politólogo, mercadólogo, financiero, especialista en economía conductual y profesor de la Facultad de Economía de la UNAM. CEO de Fibra Educa y Presidente del Consejo para el Fomento del Ahorro Educativo de Mexicana de Becas. [email protected] – síguelo en Twitter @martinezsolares