Un nuevo berrinchazo de la senadora Macaria Esther Ortiz Domínguez, de nombre artístico Maki Ortiz, es aprovechado por el Partido Verde para chantajear a sus aliados de Morena. Bastó que el pasado viernes el secretario de Educación Pública, Mario Delgado, junto con el gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal, reinauguraran el CBTIS 302, en Reynosa, para que la legisladora montara en cólera. El motivo: borraron de la fachada de ese colegio la leyenda en la marquesina con la que se inauguró por primera vez en marzo pasado: “Centro de Bachillerato, tecnológico, Industrial y de Servicios CBTIS 302 “Dra. Maki Esther Ortiz Domínguez”. Repintaron sólo el nombre de la institución educativa y el nombre de la legisladora quedó eliminado. “De bajeza de espíritu es quitar la placa de inauguración de quien construyó una obra, para engañar quien lo hizo, puede no caerte bien la autoridad anterior o ser de otro partido, pero el trabajo se respeta en una ciudad, un estado o un país porque no es el trabajo de una sola persona , es de muchas que contribuyeron a lograrlo”, despotricó, así, con faltas de ortografía, puntuación y redacción, la legisladora en sus redes sociales. No habían pasado ni 24 horas de la reinauguración del plantel escolar que desató la muina de Maki, cuando el coordinador nacional e integrante del Consejo Político Nacional del PVEM, Arturo Escobar, la presentó formalmente, en Reynosa, como su carta fuerte para suceder en 2028 al morenista Villarreal. “En el caso de Maki yo no necesito convencerla, pero soy su máximo promotor para que vaya a la boleta en 2028 a la gubernatura en el estado”, dijo, y hasta advirtió que su partido es tan fuerte y sólido que pueden ir a la elección “sin necesidad de suscribir una coalición”. No es el primer berrinche que se le conoce a doña Maki, oriunda de Ciudad Juárez, Chihuahua, pero con la mayor parte de su trayectoria política hecha en Tamaulipas. Militó en el PAN durante casi 30 años (de 1994 a 2021). Ese partido la hizo alcaldesa de Reynosa en 2016, año en que hizo campaña codo a codo con el entonces aspirante a gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca, quien ganó la elección y actualmente es acusado por desvíos millonarios. También el PAN la respaldó en su reelección en 2018, pero en 2021 Maki rompió con ese partido porque se deterioró su relación con Cabeza de Vaca y éste le llenó el camino de piedras a ella y a su hijo, Carlos Ortiz Peña, a quien Morena postuló para sucederla en la presidencia municipal (cargo que ganó y en el cual se reeligió en 2024, porque todavía se podían heredar a familiares). Por supuesto ella respaldó abierta y fervientemente la candidatura de su hijo, por lo que el panismo la expulsó. Maki corrió, primero, a los brazos de Morena, pero luego se pasó al Verde Ecologista. En ese partido, apenas el año pasado, se le complicó ser candidata al Senado por el estado de Tamaulipas, por unos pedillos de coacción del voto, pero repitió la dosis del berrinche y los machuchones verdes la colocaron en lugar privilegiado de su lista plurinominal. Operaron en esa maniobra, entre otros, el actual gobernador de San Luis Potosí, Ricardo Gallardo, la senadora Ruth Miriam González Silva y el líder potosino del partido del tucán, Juan Ignacio Segura Morquecho. Ahora, por quitar su nombre de un centro de bachillerato, lady Maki vuelve a las andadas y el Verde se la vuelve a comprar, en un claro intento de elevar el costo de su alianza con Morena, que dirige Luisa maría Alcalde, de cara a las elecciones intermedias de 2027. Y, sobre todo, ante la reforma electoral que busca concretar la presidentA Sheinbaum, la cual incluiría eliminar pluris y reducir las prerrogativas a partidos políticos, medidas que afectarían a sus bancadas en el Congreso y los casi 900 millones de pesos que recibe el instituto político regenteado por el Niño verde. No le pierden. POR RAYMUNDO SÁNCHEZ PATLÁN  [email protected] @R_SANCHEZP