La renuncia de Marcelo Ebrard a la titularidad de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), es una medida de presión a los otros aspirantes a la candidatura presidencial, señaló Javier Contreras Alcántara politólogo y experto en temas electorales. Dijo que el destape de Ebrard no es una estrategia para presionar las reglas del partido, ya que cada aspirante a las candidaturas deberá esperar las reglas que instruya el Consejo Político Nacional de Morena, sin embargo, él ha demostrado liderazgo poniendo las reglas y mostrando una faceta de liderazgo al interior del partido, “cada aspirante es libre de dar su posicionamiento, pero lo que ha hecho es meter presión a los tiempos de las demás corcholatas”.

Agregó que lo que está haciendo Ebrard es mandar un mensaje a la población de congruencia y buscar de lleno el voto de la ciudadanía para darle continuidad a lo que ya venido manejando en la cuarta transformación, “primero van los pobres y la grandeza de México”.  Sin embargo, dijo Morena está cometiendo un grave error al pensar que las elecciones lo son todo, está cometiendo el error de querer ganar por ganar, y es justo el error que cometió el PAN y el PRI, “el peor error que está cometiendo es pensar que no se va a ir y eso va a ser muy costoso, a la mejor no en esta elección pero a mediano plazo no abona y no construye a tener un régimen político más sólido y democrático, donde se pueda vivir en plena libertad, con justicia y seguridad” aseveró. Aseguró que no es verdad que el presidente de la República no esté involucrado en la elección del candidato, “él no se ha distanciado ni ha tomado esa supuesta neutralidad que dice que está tomando porque él es el que está dando las pautas de cómo se está llevando a cabo el proceso electoral, no en su función organizativa pero sí en su función de los tiempos hacia el interior de su partido y por tanto, de alguna forma metiéndole presión a los demás partidos”. Finalmente aseguró que las viejas prácticas políticas del PRI están resurgiendo ahora desde Morena a través de los discursos de los cuales la población ya estaba cansada y hoy en día la realidad es que poco a poco están siendo indiferenciables.