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El ataque fue seguido en tiempo real en todo el mundo gracias a que el sistema de comunicación de los barcos no logró ser neutralizado
21:53 miércoles 1 octubre, 2025
MundoEl asalto del ejército de Israel a la Flotilla Global Sumud en aguas internacionales, cuando intentaba llevar ayuda humanitaria a Gaza, ha provocado una oleada de indignación internacional con protestas masivas en Europa, América Latina y otros continentes.
La detención de los activistas, entre ellos ciudadanos de hasta 44 nacionalidades, reavivó el debate sobre la legalidad del bloqueo israelí y la situación humanitaria en el enclave palestino.
El ataque fue seguido en tiempo real en todo el mundo gracias a que el sistema de comunicación de los barcos no logró ser neutralizado por los militares israelíes. Imágenes y transmisiones en vivo mostraron cómo decenas de activistas eran aprehendidos mientras ondeaban banderas palestinas y gritaban mensajes de solidaridad.
Entre los detenidos figuran varios ciudadanos mexicanos, además de personalidades como la exalcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y la activista sueca Greta Thunberg, lo que amplificó la repercusión mediática.
En Europa, miles de personas salieron a las calles de manera espontánea. En Barcelona, centenares se concentraron frente al consulado de Israel convocados por la Confederación General del Trabajo (CGT), gritando consignas como “¡Palestina libre!”,
No es una guerra, es un genocidio” y “Estado sionista, estado terrorista”.
La policía catalana cargó contra los manifestantes para dispersarlos, aunque no se reportaron heridos ni detenidos. La protesta tiene un fuerte simbolismo, pues la flotilla había partido del puerto de Barcelona el pasado 30 de agosto, despedida por una multitud con banderas palestinas.
En Bruselas, corazón de la Unión Europea, miles se reunieron en la Place de la Bourse para exigir la ruptura de relaciones diplomáticas con Israel y la liberación inmediata de los activistas.
En Berlín, la estación central de trenes se convirtió en punto neurálgico de las movilizaciones, con cánticos de “Palestina libre” y denuncias de “genocidio” y “limpieza étnica”.
Italia registró algunas de las protestas más intensas. En Roma y Nápoles, los manifestantes bloquearon vías ferroviarias, mientras en el puerto de Livorno se impidió el atraque de un buque israelí de la naviera Zim.
Los estibadores, apoyados por sindicatos, organizaron la acción como rechazo al ataque. La Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL), el sindicato más grande del país, convocó una huelga general para el 3 de octubre.
En un comunicado, la organización denunció que “el ataque a barcos civiles que transportaban ciudadanos italianos constituye un acto extremadamente grave".
Es un golpe al propio orden constitucional que impide la acción humanitaria y la solidaridad con la población palestina, sometida por el gobierno israelí a un verdadero genocidio”.
La protesta se extendió también a Turquía, donde miles se concentraron en Estambul y Ankara frente a sedes diplomáticas de Estados Unidos e Israel, denunciando el apoyo del gobierno de Donald Trump a la estrategia militar israelí. En Túnez, una multitud llenó la avenida Habib Bourguiba coreando:
Resistencia, resistencia, no hay paz, no hay compromiso”.
Protestas en América Latina
En México, las movilizaciones no tardaron en replicarse. Manifestantes tomaron las calles de Ciudad de México, Monterrey, Guadalajara, Oaxaca y San Cristóbal de las Casas, exigiendo la liberación de los connacionales Sol González, Arlín Medrano y Ernesto Ledesma.
Frente a la Embajada de Estados Unidos en la capital, se escucharon consignas como “Netanyahu asesina, y Trump patrocina”.
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) emitió un comunicado confirmando que solicitó acceso consular y pidió a Israel “garantizar que sus derechos e integridad sean respetados en todo momento”.
Sin embargo, familiares de los detenidos y organizaciones civiles expresaron su decepción con la respuesta del Gobierno mexicano, al considerar que fue “bastante simple” y sin un posicionamiento político claro.
David Peña, representante legal de las familias, advirtió que “los detenidos estarán incomunicados por 12 horas. No se tiene información de los lugares de traslado, de las condiciones físicas de ellos ni de las condiciones de su detención”.
Peña agregó que “el Gobierno israelí ha adoptado el protocolo de deportación inmediata”, aunque señaló que las embarcaciones se encontraban en aguas internacionales, por lo que no existía jurisdicción israelí.
La crisis escaló aún más con la reacción de gobiernos latinoamericanos. El presidente de Bolivia, Luis Arce, calificó la operación como una “brutal agresión perpetrada por el gobierno de Israel” y una “flagrante violación del derecho internacional”.
El canciller venezolano, Yvan Gil, denunció un “cobarde acto de piratería” contra una misión civil destinada a entregar 5 mil 500 toneladas de ayuda humanitaria a Gaza.
El mundo contra la el asalto de Israel
Juristas internacionales también se sumaron a la condena. Craig Murray, ex jefe de la Sección Marítima de la cancillería británica, afirmó que el ataque “constituye una violación flagrante del derecho internacional y parte de la maquinaria del genocidio contra el pueblo palestino”.
Recordó que el bloqueo israelí a Gaza, vigente desde hace 17 años, ha sido señalado por la Corte Internacional de Justicia como una ocupación ilegal.
Según Murray, “un ataque contra un buque en alta mar equivale a una agresión contra el Estado de pabellón de la nave atacada”, lo que obliga a cada país afectado a perseguir judicialmente el hecho.
El trasfondo jurídico y político se mezcla con la creciente indignación popular. Estudiantes de varios países europeos, entre ellos Francia y Bélgica, anunciaron huelgas estudiantiles y marchas continuas hasta la liberación de los activistas. En Italia, el Unione Sindacale di Base (USB) llamó a bloquear el puerto de Génova y advirtió que “ahora es el momento de bloquear todo”.
La Global Sumud Flotilla se ha convertido en un símbolo de solidaridad con Gaza y un desafío al bloqueo israelí. Su interceptación en alta mar no solo evidenció la vulnerabilidad de los activistas, sino que también generó una ola de protestas internacionales que difícilmente se apagará en los próximos días.
En prácticamente todas las capitales europeas están convocadas más concentraciones frente a embajadas y ministerios, con la intención de presionar a los gobiernos para adoptar medidas más firmes contra Israel.
Con información de Excélsior