Desde que en abril 2024 las autoridades de Irán lanzaran la llamada "Operación Noor" para reforzar la obligatoriedad del velo entre mujeres, se ha registrado un aumento de la represión contra defensoras de derechos humanos y activistas que desafían esas órdenes, advirtió un informe presentado este viernes por tres investigadoras de la ONU.

El estudio de la Misión Internacional Independiente de Investigación sobre Irán, presentado en rueda de prensa y que el 18 de marzo será debatido en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, denuncia que estas mujeres "continúan siendo objeto de multas, largas sentencias de cárcel y en algunos casos condenas a muerte por llevar a cabo actividades pacíficas".

El endurecimiento de las leyes sobre el velo también se ha traducido en una mayor vigilancia a todas las mujeres, tanto mediante el uso de tecnologías de supervisión como con el apoyo estatal a que la ciudadanía participe activamente en la denuncia de quienes no cumplan las normativas.

El informe concluye que la represión continúa afectando a mujeres, niñas y todo defensor de los derechos humanos "en un esfuerzo por aplastar la disidencia", dos años y medio después de la ola de protestas que generó la muerte bajo custodia policial de la joven Mahsa Amini, detenida por llevar "incorrectamente" el velo.

Las medidas represivas prosiguen pese a las promesas preelectorales del nuevo presidente, Masud Pezeshkian, de que se relajaría la aplicación de las leyes sobre la obligatoriedad del velo, indicó la misión formada por la bangladesí Sara Hossain, la paquistaní Shaheen Sardar Ali y la argentina Viviana Krsticevic.

"Durante dos años, Irán ha rechazado responder adecuadamente a las demandas de igualdad y justicia que alimentaron las protestas de 2022. La criminalización, vigilancia y continuada represión de manifestantes, familias de víctimas y supervivientes, en particular mujeres y niñas, es profundamente preocupante", subrayó Hossain, presidenta de la misión.

Su informe recuerda que diez hombres fueron ejecutados en el contexto de las protestas, y al menos otros once, junto a tres mujeres, están en riesgo de recibir la pena capital, tras procesos en los que no se cumplieron las garantías necesarias de juicio justo y en las que pudo usarse la tortura para extraer confesiones.

Las expertas denuncian también violaciones a mujeres que participaron en protestas, muertes durante la represión que fueron disfrazadas como "suicidios", así como maltrato y métodos de humillación a detenidos tales como la simulación de ejecuciones.

Minorías étnicas y religiosas como los kurdos y baluchis, así como personas LGBT+, son a menudo víctimas de la represión del régimen, subraya asimismo el informe.

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La misión destaca, como en ocasiones anteriores, que muchos de los abusos perpetrados por el régimen iraní podrían ser constitutivos de crímenes contra la humanidad.

Con información de Latinus