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La estampa más acabada nos la regala el árbitro electoral, que ha dejado de serlo
00:10 sábado 23 agosto, 2025
ColaboradoresEn el México del “nuevo” Poder Judicial, la trampa y los tramposos no son castigados sino premiados.
La ilegalidad goza de cabal salud. Las faltas y violaciones a la ley no solo no se sancionan, se aplauden y normalizan. No hay consecuencias, hay impunidad.
La estampa más acabada nos la regala el árbitro electoral, que ha dejado de serlo. En su mayoría no es imparcial, sino porrista. No es independiente ni autónomo, sino militante.
El INE y el Tribunal Electoral se han convertido en un adorno, o peor aún, en comparsa. La autoridad electoral (es un decir) dejó pasar a quienes no cumplieron los requisitos para participar en el inédito proceso, como por ejemplo tener 9 de promedio; lejos de ser descalificados, les permitieron competir, aparecer en la boleta y ganar.
A eso hay que sumar las ridículas multas que el INE impuso a todos quienes ganaron un asiento como ministros en la SCJN, por beneficiarse de los acordeones que se repartieron desde el oficialismo sin pudor. Les dio hasta plazos para pagar. Una ganga: haga trampa y conviértase en ministro de la Corte.
Pero lo más grave en el cúmulo de irregularidad, es la trama de los acordeones. Hay evidencia y soporte periodístico suficiente sobre la existencia y uso de los mismos. Su impresión y reparto formaron parte de una estrategia para incidir en la elección y manipular la votación. Es tan obvio, que la elección no debería ser validada, sino anulada.
Las pruebas, aunque la magistrada presidenta del Tribunal Mónica Soto diga que no las hay, están a la vista de cualquiera. Los resultados muestran que uno de los modelos de acordeón concentró el resultado de la votación. De acuerdo con el proyecto del magistrado Reyes Rodríguez, más del 70% de los acordeones tenían coincidencia con los nueve números de los candidatos que ganaron un asiento en la Corte.
Dicho de otra forma: pese a que existían 7 mil 400 millones de combinaciones posibles, prácticamente la mitad de los votos válidos fueron en el sentido de una sola combinación, la cual contenía las nueve candidaturas ganadoras. El voto por los aspirantes para la SCJN y el Tribunal de Disciplina Judicial fue casi igual en todo el país. No hubo coincidencia, pues, sino intención.
La elección debió anularse: no cumplió con los principios de equidad ni autenticidad, también incluyó uso ilegal de recursos pues los acordeones que beneficiaron a los ganadores fueron impresos y repartidos cantidades copiosas.
Ahora, está claro, quienes -en teoría- aplicarán la ley, violaron la ley para llegar al cargo. Y como el INE y el TEPJF ya han sido tripulados por la 4T en su mayoría, no habrá castigo, sino premio.
Sería hasta chistoso si no fuera trágico: todos los próximos integrantes de la Corte, todos sin excepción, hicieron trampa. No hay duda. Y en el caso de magistraturas y jueces, las cosas son parecidas.
POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
COLABORADOR
@MLOPEZSANMARTIN