Faltan 25 meses para las elecciones presidenciales, pero parece que 2024 está a la vuelta de la esquina. El juego de la sucesión adquiere mayor velocidad. El grito de “Presidente, Presidente”, va poniéndose de moda.  Dice el clásico que para ser hay que parecer. Y quien no parezca estar en la carrera, ya está fuera. Percepción es realidad. Y para los suspirantes es clave generar la percepción de estar en la jugada. Pero además de los que aspiran, alguien parece especialmente interesado en caminar sobre la narrativa de la sucesión: el Presidente. Apenas a finales de la semana pasada incorporó una nueva corcholata al tablero, la secretaria de Seguridad y protección ciudadana, Rosa Icela Rodríguez. Unos días antes, el 17 de mayo, subió también al director del IMSS, Zoé Robledo. En esa misma mañanera, habló de Claudia Sheinbaum, a quien dijo: “Quiero mucho”; de Adán Augusto López: “Imagínense, es mi paisano”; y de Marcelo Ebrard sobre quien, aseguró: “Está haciendo un trabajo de primera”. Al otro día, el 18 de mayo, tras declaraciones del coordinador de Morena en el Senado, Ricardo Monreal, a quien nunca ha mencionado como posible sucesor, le preguntaron sobre él: ¿Lo excluye? “No, a nadie”, respondió. Veníamos de días agitados. El canciller había cosechado tremenda ovación en Durango, durante el mitin de la candidata de Morena a la gubernatura, Marina Vitela. “Presidente, Presidente”, le gritaron miles. Menos nutrido, pero en el mismo sentido, un par de decenas de personas respaldaron a Monreal tanto en Quintana Roo como en Oaxaca en la última semana.

Al secretario de Gobernación ya le había tocado una dosis similar dos semanas atrás y por cortesía del presidente. “¿Verdad que tenemos un buen secretario de Gobernación?”, preguntó a los legisladores de Morena, PT y Verde, reunidos en Palacio Nacional. La respuesta fue un sí rotundo, gritos y aplausos de pie. “Presidente, Presidente”, le gritaron varios diputados. “Me ayuda mucho”, dijo López Obrador sobre el titular de Segob.  Al otro día, en la mañanera, el Presidente aseguró que lo mismo hubiera dicho de Sheinbaum o Ebrard. Lo puso en la canasta de los sucesores. ***

¿Quienes pueden sustituirme?, preguntó en la mañanera del 5 de julio de 2021, cuando abrió el juego y enlistó seis nombres: Juan Ramón de la Fuente, Esteban Moctezuma, Marcelo Ebrard, Claudia Sheinbaum, Tatiana Clouthier y Rocío Nahle. Desde entonces, López Obrador parece disfrutar hablar de la sucesión y picar a los suspirantes. A final de cuentas, hoy el dueño del juego, del tablero y de varias piezas, es él. Ha mencionado nueve nombres –además de los seis, Adán Augusto López, Rosa Icela Rodríguez y Zoé Robledo-, y para todos ha tenido cariño. Mientras, la oposición no termina de articular perfiles ni posicionar nombres, y ya vamos llegando a 2024. POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN

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