Vínculo copiado
No es por falta de ganas. En términos generales, en lo tocante a viajes, he viajado a destinos nacionales por chamba, con lo cual son las empresas que me contratan
00:03 jueves 9 enero, 2025
ColaboradoresPrimerísimo propósito para 2025 del Doctor Patán: viajar por Mexicana. Reconozco que he sido negligente con este asunto. Entre una cosa y otra, no he atinado ni a lo que de hecho constituye mi segundo propósito, lanzarme al Felipe Ángeles, con ese premiazo arquitectónico que trae a jalones de pelos a los sepulcros blanqueados, ni, sobre todo, a treparme a un avión de la línea aérea del pueblo bueno.
No es por falta de ganas. En términos generales, en lo tocante a viajes, he viajado a destinos nacionales por chamba, con lo cual son las empresas que me contratan las que se encargan de mi vuelo, con un par de saltos al extranjero por vacaciones, lo que imposibilita mis propósitos porque Mexicana, de momento, no cruza el charco. Vaya, que Roma le queda un poco lejos. Pero ganas me sobran, sobre todo porque es mi sueño de niño subirme a un avión militar. Ahorita que anuncien los nuevos destinos –ya ven que sacaron algunos del menú por cuestiones de eficiencia empresarial–, me lanzo. Bueno, ahorita que pase eso y que haya aviones.
Uy, me estoy viendo. “Pasajeros del vuelo 021 a Tepetitán, favor de dirigirse a la puerta número dos”. Y ¡bum! Que saludar a los compañeros de movimiento que seguro están en el mismo trance y que por lo tanto seguro me encuentro en el pasillo (“¡Constitucionalista Monreal! ¿Adónde va?” “Estimado Doctor, un gusto. A Zacatecas, a visitar a la familia. A propósito, no lo he visto en mi taller. Vamos a analizar La Divina Comedia.
Quiero ilustrar cómo el presidente López Obrador fue el Virgilio que guió al pueblo en el infierno neoliberal”); que a subirse con los amables tenientes de las fuerzas especiales como sobrecargos; que ver las señales de bala que habrá dejado el narco en el fuselaje; que probar el menú de a bordo con su panini y su Boing; que abrir el Paquetaxo que me compré en la miscelánea de la terminal, para completar el panini; que –Dios no lo quiera– ayudar al sargento Brayan Zepeda a desfibrilar al compañero diputado que llegó corriendo al vuelo de Tejupilco. Ah, el niño que fui, y que me niego a dejar de ser, baila de contento.
Mi tercer propósito es ir a un show de Polymarchs, que viene muy recomendado por la élite cultural del movimiento, esa especie de Viena de entreguerras del bienestar. Confieso que, en mi ignorancia enciclopédica con los asuntos populares, en mi vida los había oído nombrar, para no hablar de oírlos tocar. Bien por esos 12 millones del erario, pero no estaba en México para disfrutar del concierto de fin de año. Me la deben, canijos. Vamos: échense otro. Denme chance de enmendar.
Como lo de Polymarchs, mi último propósito, lamentablemente, se escapa de mis manos: ponerme la vacuna Patria. ¿Ya mero, doctora Buylla? Se regresó a la academia y nada. Me urge. Los de Pfizer están haciendo un negociazo conmigo.
POR JULIO PATÁN
COLABORADOR
@JULIOPATAN09