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Los republicanos tienen ventaja en tanto que parecen mejor organizados, pero el problema de un líder dominante, el presidente Donald Trump
00:10 viernes 14 noviembre, 2025
Colaboradores
Son tiempos complicados para los dos grandes partidos políticos estadounidenses, en proceso ahora de reorganizarse y prepararse a nuevas batallas electorales, las legislativas de 2026 y las Presidenciales de 2028.
Y sobre todo, como ocurre después de cada período electoral, mantener a sus militantes y crear nuevas coaliciones de votantes. Pero esta vez, después de las brutales derrotas sufridas por los republicanos en las recientes elecciones, cuando perdieron dos gubernaturas y la alcaldía de Nueva York, las cosas parecen distintas.
Los republicanos tienen ventaja en tanto que parecen mejor organizados, pero el problema de un líder dominante, el presidente Donald Trump, que cuenta con un formidable grupo de leales, pero también provoca una animadversión creciente y ya no estará directamente en las boletas de votación, impedido legalmente de buscar una segunda reelección.
"El mayor peligro... reside en la posibilidad de una coalición entre dos fuentes de descontento: los votantes de clase trabajadora, molestos por la falta de acceso a una vivienda asequible, y los votantes de clase media alta, con estudios, indignados por las amenazas a la democracia (los manifestantes del movimiento No Kings/no reyes). La unión de estos dos grupos podría desencadenar una feroz reacción anti-Trump, tal como ocurrió el 4 de noviembre", consignó el politólogo Bill Schneider.
Además, otros sectores que fueron clave para el triunfo de Trump en 2024 parecieron abandonar a los republicanos: jóvenes entre 18 y 29 años, hispanos y una minoría de afro-estadounidenses.
Los temas centrales para los votantes de Trump –clase media rural y semirural, empresarios, sectores afectados por el libre comercio– fueron economía, seguridad y migración. Pero la percepción de la situación económica no ha mejorado pese a las proclamas del mandatario, la cuestión migratoria ha producido imágenes de abusos desacostumbrados y la aparición de soldados en las calles resulta intranquilizante para muchos.
De acuerdo con Taegan Goddard, un analista demócrata, "la coalición que llevó a Trump al poder hizo colapso". Por su parte, los demócratas parecen optimistas pero con problemas propios. De entrada, hay una lucha de poder entre moderados y progresistas por el rumbo que debe tomar el partido, aunque unidos por Trump, el enemigo común al que acusan de tratar de reformar el sistema político estadounidense en detrimento de minorías étnicas, sexuales o religiosas, y clases sociales menos favorecidas.
Pero todavía deben restablecer la que fue su coalición de votantes la década pasada: mujeres, minorías, jóvenes, clase media con títulos universitarios.
Y peor aún, deben resolver el choque entre grupos centristas que buscan el diálogo y el compromiso, y nuevos votantes que, al igual que creen que los demócratas, deben ser más combativos y chocar de frente con sus contrapartes republicanas.
POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
COLABORADOR
@CARRENOJOSE