Mediante un acuerdo con Morena y un rompimiento con los caciques del PRD, la diputada Nora Arias Contreras logró rescatar al partido del Sol Azteca en la Ciudad de México. Parecería una cosa menor. Pero no. Recuperar el registro de esta “mini fuerza” política y tenerla como aliada hizo la diferencia entre contar o no con una mayoría calificada para el partido oficial en el Congreso de la capital. De manera muy hábil, Arias hizo la hazaña. Sacó del inframundo al PRD, tejiendo una alianza que permitió afianzar la hegemonía de Morena con dos diputados más (46 en total contra 20 de la oposición). Y en esta ecuación todos ganan, excepto Los Chuchos, los eternos dirigentes, encabezados por Jesús Zambrano, que siempre maltrataron y socavaron el liderazgo de Nora en el PRD chilango. Previo a las elecciones intentaron darle un golpe de estado. Le quitaron el financiamiento público, dejaron de pagar la renta de sus instalaciones y hasta los salarios de decenas de trabajadores. A pesar de eso, ella logró más del tres por ciento de la votación en la ciudad, mientras que a nivel nacional los perredistas perdieron su registro después de 35 de años de fundación. No pudieron Los Chuchos mantenerlo vivo a pesar de su alianza con PAN y PRI. Era algo que veían venir. Por eso buscaron irse apoderando de dirigencias locales en varios estados, antes, durante y después de la contienda. En la CDMX, intentaron desbancar a Nora, pero como legalmente no pudieron, quisieron ahorcarla financieramente. Y tampoco lo lograron. Por eso, después de los comicios, pretendieron reagrupar a liderazgos locales para imponer a una sustituta. Se lo propusieron a Karen Quiroga, excandidata de Iztapalapa, y a Alfa González, exalcaldesa de Tlalpan. Ambas se negaron. Por el contrario, Quiroga, como otros militantes, se sumó al proyecto de Nora, quien el pasado 21 de octubre logró la procedencia del registro del PRD Ciudad de México, por parte del Instituto Electoral, que preside Patricia Avendaño. Lo hizo casi dos meses después de instalada la nueva Legislatura local y suscrita la alianza con Morena en la capital. Nora Arias no tuvo que renunciar al Sol Azteca para trabajar de la mano del partido oficial. Mantuvo una fracción parlamentaria propia en el Congreso y un partido en el que ella es la mandamás. *** EL COORDINADOR DE MORENA EN EL SENADO, Adán Augusto López, logró imponer como vocera de su fracción a la senadora Andrea Chávez. Esta semana envió un oficio en el que pedía el apoyo de sus colegas para que le dieran su aval, cosa que varias y varios de ellos no vieron con simpatía porque, dicen, “quiere meterla en todas partes”. Con todo, logró su propósito y, ya en funciones, ella se comprometió a impulsar “una comunicación al servicio del pueblo”. *** RICARDO MONREAL LLEVÓ PORRA a la reunión de esta semana con la dirigencia de Morena, encabezada por Luisa María Alcalde, Andy y Carolina Rangel. En el lugar del evento, sentó estratégicamente a las diputadas y diputados, y, al momento que le tocó tomar la palabra, parecía que todo el salón lo aclamaba, algo que les pareció de mal gusto e innecesario a varias y varios de sus correligionarios. *** ÓSCAR FLORES JIMÉNEZ dejó la titularidad de Administración y Finanzas de la SEP, de Mario Delgado, para incorporarse como secretario de Finanzas del gobierno de Delfina Gómez, en el Estado de México. Sustituirá a Paulina Moreno García, con quien nadie del equipo de la mandataria logró una buena relación. Por el contrario, se convirtió en un dique para la ejecución de diversos proyectos. No podían cuestionar su negativa porque siempre se escudó en una supuesta amistad con Andrés Manuel López Beltrán “Andy”. *** Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “Las alianzas estratégicas son como los matrimonios: todo es perfecto al principio, hasta que hay que compartir los beneficios y los gastos”. POR ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO 

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