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El verano peligroso dejó algo más claro que nunca: dentro de Morena y la 4T hay piezas incómodas que dejaron de ser intocables. Monreal, Adán, Noroña
00:10 jueves 4 septiembre, 2025
ColaboradoresLa instalación del periodo ordinario de sesiones, la llegada de la nueva Suprema Corte de Justicia y la entrega del Primer Informe de Gobierno marcaron el inicio de un nuevo capítulo en el segundo piso de la Cuarta Transformación. Uno que Claudia Sheinbaum y Morena querían inaugurar con brillo, pero que en realidad comenzó con sombras y señales de muchos cambios.
El discurso oficial habla de continuidad, pero la realidad política exige un corte de caja. Y en ese balance los reflectores apuntan a personajes como Ricardo Monreal, Adán Augusto López, Gerardo Fernández Noroña y Andrés Manuel López Beltrán, quienes, a diferencia de otros tiempos, ya no cuentan con el manto protector de Macuspana.
El verano los desnudó: sus errores, incongruencias y ambiciones fueron expuestos con precisión quirúrgica por un poder que, casualmente, parece disfrutar de “espiarlos” y exhibirlos.
La evidencia está en la distancia con la propia Presidenta. Durante la ceremonia del Primer Informe, estas cuatro figuras quedaron relegadas a la tercera y cuarta fila.
Ninguno recibió invitación personalizada. En contraste, nombres como Dolores Padierna, Alfonso Ramírez Cuéllar y Leonel Godoy sí ocuparon sitios de honor. En política, las sillas también pesan: lo simbólico se convierte en sentencia.
Monreal, por ejemplo, protagonizó el descalabro más reciente para Morena en el Congreso. Con todo y la presión del ala dura del partido, se vio obligado a respetar un acuerdo con el PAN para cederles la presidencia de la Mesa Directiva.
Perdió ganando. Al final logró imponer en la vicepresidencia a su incondicional Sergio Gutiérrez, con todo y que la instrucción presidencial era clara: esa silla estaba reservada para Dolores Padierna.
Adán Augusto López, por su parte, intentó jugar al mediador después de la trifulca entre Noroña y Alito en la Permanente. Se reunió en secreto con el priista, pero la jugada salió peor:
Moreno Cárdenas no sólo mantuvo la hostilidad, sino que la llevó directo al Congreso durante el Informe. El saldo: un Adán que no convence ni como negociador ni como operador político.
Lo mismo ocurre con Noroña y Andy: mucho ruido, muchos errores y poca cercanía real con la Presidencia. La lección es clara: en el nuevo ciclo de Sheinbaum, los aliados incómodos están más cerca del desplazamiento que de la consolidación.
Porque, aunque públicamente la Presidenta muestre apoyo, en los pasillos del poder se cocina otra estrategia: exhibirlos, debilitarlos y, llegado el momento, borrarlos del tablero político.
La maquinaria de la 4T ya empezó a separar a los fieles de los desechables. Y los relegados de la cuarta fila parecen haber recibido el primer aviso.
El segundo piso de la 4T no se inaugura con armonía, sino con fracturas internas, traiciones mal disimuladas y una lista de políticos en la cuerda floja.
El verdadero reto de Sheinbaum no está en la oposición, sino en administrar el zoológico que heredó de su antecesor.
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LOGRÓ EL PAN imponer a Kenia López como presidenta de la Cámara. Morena cedió, pero su posición fue siempre irreductible con otras propuestas como la de Germán Martínez, a quien no quieren ver ni en pintura por la traición que cometió contra el expresidente López Obrador.
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DESPUÉS DEL PRIMER INFORME de Gobierno, siguen corriendo rumores en torno a posibles cambios en el gabinete y hay quienes dicen que dos secretarios están en la mira: Mario Delgado, de la SEP; y el titular de Agricultura, Julio Berdegué.
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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “En política, lo simbólico es sentencia”.
POR ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO
@ALFREDOLEZ