Rodrigo Sánchez Espinosa, presidente de Industriales Potosinos A.C. (IPAC) advirtió que la transición energética se ha vuelto un requisito indispensable para la permanencia y competitividad de las empresas, y no solo una decisión voluntaria o de responsabilidad ambiental, pues señaló que la reciente modificación de diversas disposiciones en materia energética obliga al sector productivo a adoptar tecnologías más eficientes, capaces de reducir costos operativos y disminuir el impacto ambiental.

Sánchez Espinosa subrayó que el uso de energías limpias, especialmente paneles solares, dejó de ser un tema de moda para convertirse en una necesidad económica y explicó que, aunque su instalación requiere una inversión inicial, los sistemas fotovoltaicos garantizan un ahorro continuo en el costo por kilowatt, lo que permite que la inversión se recupere con el tiempo: “Hoy es un tema de viabilidad: quien no migre a energía limpia pagará más y será menos competitivo”, afirmó.

En respuesta a la pregunta sobre accesibilidad, indicó que las energías renovables sí son alcanzables para las industrias, aunque implican financiamiento, y aseguró que actualmente existen empresas que ofrecen créditos y esquemas de acompañamiento para facilitar la transición, lo que ha permitido que tanto negocios como hogares adopten este tipo de soluciones: “Ya no es un lujo; es un beneficio económico directo para quien lo implemente”, remarcó.

El dirigente empresarial destacó también que la economía circular será el segundo eje central de trabajo para IPAC, por lo que señaló la urgencia de abandonar el modelo tradicional de extraer, producir y desechar, para avanzar hacia un esquema que privilegie el diseño responsable, el uso de materiales reciclados y la reinserción de productos al final de su vida útil: “Tenemos que crear bienes con menos materiales, con componentes que ya hayan tenido una primera vida y con la posibilidad de reingresar al proceso productivo”, explicó.

Sánchez Espinosa advirtió que estas transformaciones no solo responden a una preocupación ambiental, sino también a la presión del mercado global ya que las cadenas de valor exigen cada vez más procesos limpios y eficientes, por lo que las industrias que no se adapten corren el riesgo de quedar fuera de la competencia: “Es un compromiso, sí, pero también es una estrategia de sobrevivencia empresarial”, señaló.

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Finalmente, indicó que ambos temas, energía renovable y economía circular, serán tratados a profundidad con el objetivo de preparar al sector industrial para una transición que ya es inminente y que definirá la competitividad del estado en los próximos años.