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Nadie puede negar lo obvio: el crimen organizado domina buena parte de nuestro país. Es parte de la herencia del gobierno de AMLO
00:03 jueves 9 enero, 2025
Colaboradores
“México está esencialmente dirigido por los cárteles”, dijo ayer Donald Trump. Y tiene razón. Nadie puede negar lo obvio: el crimen organizado domina buena parte de nuestro país. Es parte de la herencia del gobierno de AMLO que dejó hacer y deshacer a los criminales; son los saldos de los “abrazos, no balazos”.
Durante el sexenio pasado no se combatió al crimen. Se le solapó. Esa realidad está a la vista de quien quiera verla. Trump y su equipo tienen un diagnóstico muy claro del desastre que marca el legado de López Obrador.
Marco Rubio, próximo secretario de Estado, aseguró en 2023 que López Obrador “entregó partes del territorio a los cárteles de la droga” y dijo que no había sido un buen aliado de EU. Es el mismo republicano que ve con simpatía la intervención de fuerzas estadounidenses en territorio mexicano.
Y el próximo vicepresidente JD Vance, junto con Trump, dijeron a Fox News en plena temporada electoral, que “el gobierno mexicano está petrificado” porque “el narco puede quitar al presidente en dos minutos”, en alusión al tabasqueño.
Es nítido lo que Trump y los suyos ven. Es lo mismo que millones de mexicanos padecen a diario.
La violencia nos consume como país. Los delincuentes se sienten amos y dueños. Razón no les falta: durante seis años operaron a sus anchas, sin ser molestados. A los criminales se les dejó hacer, se les dejó pasar. Se quiso instaurar, otra vez, la pax narca, disfrazada de estrategia de seguridad, impulsada y consentida por Andrés Manuel López Obrador, pero también en eso fracasó.
Pero no solo es Trump y los republicanos, también la administración de Biden, que vive su ocaso, ve la misma realidad.
El 13 de noviembre pasado, en pleno día del cumpleaños 71 de López Obrador, el entonces embajador de EU en México, Ken Salazar, le envió un regalo que no olvidaría.
Ese miércoles, Salazar criticó abiertamente la gestión del expresidente y dijo que su política de “abrazos, no balazos” simplemente “no funcionó”, además de no permitir inversiones y subrayó categórico “el pueblo de México merece vivir sin miedo”.
Salazar acusó que López Obrador no aceptó ayuda para combatir la violencia que vive el país.
Ante la inacción de autoridades y gobierno, grupos de la delincuencia organizada extendieron su poderío, normalizaron el cobro de cuotas a comerciantes, productores, transportistas… vaya, en algunos casos han llegado al extremo de cobrar por cabeza de ganado, el uso de ladrillos para remodelar una vivienda, el cobro por internet inalámbrico, una cuota por encender velas en misas, “impuestos” por la renta de palapas en playas y hasta por la sombra de los árboles.
En el arranque del sexenio de Claudia Sheinbaum aparecen muestras de una nueva estrategia. Las cosas se hacen distintas. Se busca, al menos, perseguir delincuentes, se realizan decomisos y se intenta aplicar la ley. Esa es la obligación del Estado. La tarea para recomponer el camino y recuperar la paz luce titánica. No será fácil, como tampoco lo será lidiar con Trump que, esta vez, tiene razón.
POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
@MLOPEZSANMARTIN