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El expresidente fue muy crítico con la prensa brasileña, a la que tildó de “mentirosa” y “sin compromiso con la verdad”
20:04 martes 23 enero, 2018
MundoPORTO ALEGRE.- El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva se dio este martes un baño de masas en Porto Alegre ante una marea roja entregada y en vísperas del decisivo juicio por corrupción que afrontará este miércoles en esa misma ciudad del sur de Brasil. Lula dijo estar tranquilo y prometió que sea cuál sea el resultado continuará su lucha en las calles para que los brasileños tengan respeto y dignidad en el país. Dudo que en este país haya un magistrado más honesto que yo", expresó Lula, quien aparece como líder en todos los sondeos electorales para las presidenciales de octubre próximo, entre los gritos de una militancia enfervorecida. "No estoy aquí preocupado conmigo, sino con lo que está pasando con el pueblo brasileño”, añadió.
Acompañado por la expresidenta Dilma Rousseff, depuesta por un juicio político en 2016, y por miembros del Partido de los Trabajadores (PT), del que es fundador, Lula expresó que hubo personas en esa agrupación que cometieron errores, pero aseguró que él es inocente. Sé que no cometí crimen”, aseguró y recalcó que tiene la “tranquilidad de los inocentes”.
Lula también fue muy crítico con la prensa brasileña, a la que tildó de “mentirosa” y “sin compromiso con la verdad”, y aseguró que sólo la muerte evitará que continúe lo que está haciendo, en referencia a su plan de postularse a un tercer mandato en los comicios de octubre próximo. Tengo 72 años, pero estoy con la energía de 30”, agregó, antes de fundirse en un abrazo con Rousseff. Los carteles de "Viva Lula" se cruzaban con los de "Fora Temer", pero entre todos ellos reinó uno: "Elecciones sin Lula son fraude". La concentración, a la que acudieron más de 70 mil personas, según los organizadores, comenzó en una céntrica calle de la capital del sureño estado de Río Grande do Sul y recorrió después cerca de dos kilómetros hasta el Anfiteatro Por-do-Sol, un espacio donde la militancia realizará una vigilia para apoyar a su líder. A pocos metros de allí, los tres magistrados que integran la octava sala del Tribunal Regional Federal de la 4 Región (TRF4) decidirán este miércoles si mantienen, modifican o anulan la condena a nueve años y medio de prisión que recibió el exmandatario en primera instancia por corrupción pasiva y lavado de dinero. En la causa, una de las siete abiertas en su contra, la mayoría por sospechas de corrupción, el carismático líder es acusado de haber recibido de parte de la constructora OAS un apartamento en el balneario paulista de Guarujá a cambio de favorecer a la compañía en contratos con la petrolera. Lula evitó hablar directamente de ese proceso y, en un tono electoral, rescató los sueños que construyó durante sus dos mandatos y que permitieron crear un "Brasil grande". Lula se convirtió el pasado 12 de julio en el primer expresidente del país condenado penalmente desde el restablecimiento de la democracia en 1985. El juicio se presenta como decisivo para el proyecto de Lula, que ha manifestado su deseo de presentarse a los comicios presidenciales del próximo octubre, pues de mantenerse la pena, su candidatura podría ser inhabilitada, aunque la última palabra la tendría la Justicia electoral. Ese escenario no está previsto ni por su partido ni por su militancia que llevaba con orgullo la cara estampada de su líder en camisetas, calcomanías y botones mezclado con otros símbolos de izquierda como la imagen de Ernesto "Che" Guevara. Los problemas con la Justicia de Lula, incluida su condena, poco importan para unos simpatizantes cegados de idolatría hacia el antiguo dirigente sindical. -- EXCÉLSIOR