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También recomienda vigilar y hacer cumplir las leyes de protección y promoción de las licencias de maternidad, aumentar los incentivos para que los hombres ejerzan su derecho a la licencia parental y se agilice la aprobación de la política nacional de cuidado para ofrecer servicios de guardería suficientes y adecuados.
00:01 jueves 14 febrero, 2019
ColaboradoresEl 25 de Julio pasado, el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, emitió las observaciones finales sobre el noveno informe periódico de México ante la CEDAW (Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación) documento en el cual, en el rubro del empleo, dicho comité expresa su preocupación por la escasa participación económica de las mujeres con un porcentaje del 44% frente al 78% de los hombres, la distribución desigual del trabajo doméstico y asistencial entre las mujeres y los hombres, entre otras y recomienda al Estado Mexicano adoptar medidas para aumentar el acceso de las mujeres al mercado de trabajo formal y promueva su empleo en sectores mejor remunerados tradicionalmente reservados a los hombres así como crear oportunidades de empleo para los grupos desfavorecidos de mujeres, adoptando medidas especiales de carácter temporal. También recomienda vigilar y hacer cumplir las leyes de protección y promoción de las licencias de maternidad, aumentar los incentivos para que los hombres ejerzan su derecho a la licencia parental y se agilice la aprobación de la política nacional de cuidado para ofrecer servicios de guardería suficientes y adecuados. Pues parece que quienes encabezan los esfuerzos de la tan prometida 4ª. transformación, no han tomado en cuenta estas recomendaciones e insisten en hacer todo lo contrario. Hace unos días se anunció un recorte presupuestal respecto al Programa de Estancias Infantiles para Apoyar a Madres Trabajadoras y Padres Solos haciendo hincapié en que se les dará a las familias el dinero para que decidan si acuden a una guardería o bien, como dijo el actual Secretario de Hacienda, Carlos Urzúa Macías “con eso se puede ayudar a la abuela que va a cuidar, quizá mejor a los niños (sic) que las propias instancias infantiles”. A ver, que no se malentienda, me parece perfecto que cada padre, madre o familia decida los espacios para el desarrollo y crecimiento de los y las niñas, pero no debemos de perder de vista que no todas las personas tienen la opción (¿o privilegio?) de poder echar mano de una red de cuidados que les acompañen a la crianza de los y las niñas. La Convención sobre los Derechos del Niño de Naciones Unidas, en el artículo 18 consigna la obligación de los estados de adoptar todas las medidas apropiadas para que madres y padres que trabajan tengan derecho a beneficiarse de servicios de atención infantil, de protección de la maternidad y guarderías. Ahora bien, existe una obligatoriedad del Estado a implementar políticas públicas con perspectiva de género y parece que al hacer esta propuesta siguen perpetuando la idea de estereotipar los cuidados para las mujeres, ahora adultas mayores, así como no han tomado en cuenta que conforme a datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) para 2017, el 33.5% de las mujeres que han tenido un hijo o hija eran solteras y de ellas el 41.8% trabajaba, percibiendo mayoritariamente entre uno y tres salarios mínimos como retribución. Sólo el 11.4% de las madres solteras tendría el beneficio de cuidados maternos por parte de su trabajo y el 12.5% contaría con la prestación de guardería para sus hijos. En promedio, en el 28.5% de los hogares en México, las mujeres se asumirían como jefas de familia. Se entiende que dicho recorte se hace en virtud de un supuesto desvío en algunas instancias infantiles, no han presentado un informe al respecto, pero de ser esto cierto, ¿la mejor medida que se les pudo ocurrir es seguir vulnerando y abonando a la precariedad laboral de las mujeres? Que se investigue y castigue a las personas responsables de los desvíos, pero JAMÁS se deberá sacrificar a un grupo poblacional en situación de vulnerabilidad. No estamos hablando de cifras, estamos hablando de personas. Ojalá y se dé marcha atrás a esta desafortunada decisión ya que seguiremos insistiendo que ninguna transformación será genuina si no toma en cuenta las desigualdades y erradica la brecha de desigualdad que impide el desarrollo de las mujeres con uno de los aspectos más problemáticos: la necesidad de conciliar la vida y el desarrollo profesional.