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Templos han optado por medidas como cerrar sus puertas y colocar cámaras de vigilancia
15:25 miércoles 3 enero, 2018
San LuisLa capital potosina cuenta con numerosos templos y capillas, tan solo en el Centro Histórico hay al menos diez iglesias, cada barrio y colonia cuenta con al menos una capilla, mismas que resguardan reliquias valiosas, además de las donaciones y diezmos que recolectan, lo que las hace blanco de la delincuencia. Delitos como robos, asaltos y estafas se han intensificado en estos recintos, la Secretaria de Seguridad Pública del Estado (SSPE), dio a conocer la detención de unos sujetos por robo a iglesias, por lo que varios templos han recurrido a medidas de seguridad como cerrar sus puertas mientras no se efectúan ceremonias, o bien colocar cámaras de vigilancia al exterior. Gilberto Amaya, párroco del templo de El Espíritu Santo y Nuestra Señora de la Salud, ubicado en el Centro Histórico, detalló que de igual forma el personal de los templos se ha dado a la tarea de mantener vigilancia y monitorear cámaras. “Están unas cámaras a los lados, para evitar más que nada sacrilegios y en las oficinas están los monitores y pues se tienen los registros por cualquier cosa, en la noche la custodia queda por las religiosas del templo”. Juan Jesús Priego Rivera, vocero de la Arquidiócesis Potosina, señaló que actualmente los templos, feligreses y párrocos son víctimas de la delincuencia, desde robos a los feligreses, de arte sacro, hasta del diezmo, en este sentido señaló que el riesgo lo corren principalmente las iglesias de la periferia y las ubicadas en el Centro Histórico, dado que hay más afluencia de gente y es más difícil que se reconozca a quienes acuden a los templos. “Pues cuando la gente va a la iglesia, por lo regular su mente está en Dios, a eso va, no siempre te das cuenta, dejas tu bolsa o mochila y cuando acuerdas ya te bolsearon, la gente está concentrada en otra cosa, desprevenida”. Señaló que en el tema de las comunidades, el saqueo no es tan frecuente, toda vez que es más común que los feligreses se conozcan entre sí, de igual manera con los párrocos, sin embargo se reporta un delito peor, que es el secuestro de sacerdotes, pues aunque no ha habido muertes qué lamentar, si ha habido privación de la libertad.