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Corbyn dijo que se había limitado a plantear el referendo con May como opción para evitar un mal acuerdo o un Brexit salvaje
07:02 viernes 5 abril, 2019
MundoEl Brexit ha fracturado todas las instituciones políticas de Reino Unido, pero hasta ahora sólo eran visibles las grietas en el Partido Conservador. El inicio de las conversaciones entre Theresa May y Jeremy Corbyn, para intentar evitar una salida salvaje de la UE el 12 de abril, sacó a la luz la división de la izquierda británica. A las presiones de un sector, que reclama al líder laborista que condicione la negociación a que haya un segundo referendo, se enfrentaron ayer 35 diputados de circunscripciones euroescépticas. En una carta le pidieron un esfuerzo extra para alcanzar un acuerdo con el Gobierno. Corbyn acudió el miércoles a la reunión con la Premier acompañado de Keir Starmer, el diputado que le obligó el pasado septiembre, en el congreso de Liverpool, a aceptar el estira y afloja de una segunda consulta en la estrategia oficial del partido. A la salida del encuentro, del que nadie esperaba avances, el líder de la Oposición aseguró que no había percibido un cambio de actitud en May. Y expuso las exigencias del laborismo que había llevado a la mesa de negociación: permanecer en la unión aduanera de la UE y alineamiento con las reglas del mercado interior para no perder el acceso, entre otras. Sobre el referendo, dijo, se había limitado a plantearlo como "opción para evitar un mal acuerdo o un Brexit salvaje". El Gobierno en la sombra laborista -el núcleo directivo del partido de la Oposición- se halla profundamente dividido entre los partidarios de devolver la palabra a la ciudadanía y los que desean que se respete el resultado de la consulta de 2016. La chispa saltó la noche del miércoles, cuando la Ministra en la sombra de Exteriores, Emily Thornberry, se saltó las reglas de discreción del partido y envió a todos los diputados una carta en la que reclamaba el segundo referendo que el laborismo había prometido. Thornberry no está sola. Son mayoría los de su partido que la respaldan. Y quizá más importante, está del mismo lado que los principales sindicatos, cuyo peso en la formación de izquierdas sigue siendo extraordinario. Corbyn también tiene algunos aliados en el partido. Un grupo de 35 parlamentarios pertenecientes a circunscripciones donde se votó mayoritariamente a favor del Brexit en 2016 le remitieron ayer una carta en la que le exigían que descartara una nueva consulta. "Un segundo referendo sería explotado por la derecha extrema, socavaría la confianza de nuestros votantes laboristas tradicionales y reduciría nuestras posibilidades de ganar en unas elecciones generales", advirtieron en su texto. --
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