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Al menos 55% de los votantes se identifica más con el movimiento MAGA del presidente Donald Trump que con el propio Partido Republicano
00:10 sábado 20 septiembre, 2025
ColaboradoresLa creciente polarización política en Estados Unidos refleja una profunda división ideológica en la que hay cada vez más distritos electorales o estados donde la mayoría de los votantes está más identificada con una forma de pensar que incluso el partido que los representa.
Una reciente encuesta de la cadena NBC reveló que 55% de los votantes republicanos se identifica más con el movimiento MAGA (Make America Great Again) del presidente Donald Trump que con el propio Partido Republicano, por el que se pronunciaron 45% de esa tendencia.
De igual manera, 54% de los demócratas se identificó como partidario del "movimiento progresista", en comparación con 46% que se declaró partidario del Partido Demócrata. "En otras palabras, más estadounidenses de ambos partidos se identifican como ideólogos que como partidarios tradicionales. En los últimos sesenta años, a partir de la tumultuosa década de 1960, ambos partidos se han convertido en movimientos ideológicos.
Los demócratas se identifican ahora firmemente como liberales y los republicanos como conservadores. Ya no hay demócratas conservadores (del tipo que prosperaba en el Sur) ni republicanos liberales (del tipo que prosperaba en el Noreste)", escribió recientemente el politólogo Bill Schneider.
Es lo que analistas llaman la emergencia de las políticas de identidad, reflejadas en EU en las tendencias de votantes a concentrarse en zonas y áreas donde hay otros como ellos y permiten el rediseño de distritos electorales a conveniencia de su partido. "En una democracia, se supone que los votantes escogen a los políticos. Pero ahora, cuando las líneas de distritos son marcadas, los políticos eligen a los votantes que quieren, y optan por votantes que ellos esperan los apoyen", escribió Schneider.
El análisis se une a lo que parece un creciente consenso respecto a la situación del sistema democrático en Estados Unidos y lo que se considera como una sorprendente fragilidad. De hecho, "la pregunta ahora es si los valores sobre los que se construyó dicho sistema son capaces de repararlo", señaló la influyente analista política Karen Tumulty en The Washington Post. En ese sentido, el asesinato del dirigente derechista Charlie Kirk, el pasado 10 de septiembre, provocó una oleada de indignación y rabia en la derecha republicana e impulsó preocupaciones sobre la creciente violencia
política en el país.
El crimen sirve como pretexto para una severa reacción autoritaria del gobierno del presidente Donald Trump, reflejada en presiones contra medios críticos y la vinculación de sectores progresistas o liberales con "extremistas de izquierda" o "terroristas".
Pero el atentado es el más reciente ejemplo de una oleada de violencia política que este año suma ya más de 150 ataques, incluso el asesinato de al menos dos demócratas por motivos ideológicos. Y ya hay quejas también de que la división sea impulsada por el propio gobierno Trump.
POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
COLABORADOR
@CARRENOJOSE