Liza Lindsay, de 41 años, fue arrestada el 24 de julio luego de que su hija discapacitada de 19 años, Caleigh Lindsay, fuera encontrada muerta dentro de su casa de South 10th Street. La habitación de Caleigh, descrita como un cubículo acolchado, estaba cubierta de heces, con 12 pañales sucios a su alrededor y orificios en las paredes donde, según Lindsay, su hija se había golpeado la cabeza durante las convulsiones.

Los hechos ocurrieron en la comunidad de Richmond, en Indiana, Estados Unidos. De acuerdo con los reportes Caleigh sufría de enfermedades microcefálicas y mitocondriales, síndrome de Pitt-Hopkins, era autista, epiléptica y estaba en silla de ruedas, sin poder hablar y viviendo con una sonda de alimentación desde los 10 años.

Lindsay afirmó haber visto a Caleigh por última vez alrededor de las 10:45 p.m. la noche anterior, cuando le cambió el pañal, le dio medicamentos y líquidos, y Caleigh sufrió una convulsión. Lindsay declaró haberla acostado de lado y haberse ido a la cama a las 11:15 p.m.

A la mañana siguiente, Darryl Grubbs, novio de Lindsay, encontró a Caleigh muerta, acostada de espaldas con los pies encorvados, lo que sugería otra convulsión, un informe de autopsia indicó que la causa de la muerte fue una posible convulsión relacionada con su síndrome de Pitt-Hopkins.

La madre asegura que tiene depresión, policía no lo puede confirmar

Cuando la policía llegó a la residencia, la describieron como deplorable, con un fuerte olor a orina de gato, heces y basura, la casa tenía niveles de amoniaco superiores a una vivienda normal y en la cocina solo había moho negro donde debía de haber alimentos frescos, Lindsay atribuyó el estado de la casa a su depresión, alegando que le habían retirado la medicación en enero, aunque no se encontraron pruebas médicas que respaldaran esto.

Un testigo dijo a los investigadores policiales que no había visto a Caleigh en al menos seis meses, y un familiar no la había visto en al menos un año. Lindsay y Grubbs fueron acusados preliminarmente de negligencia de un dependiente.

El obituario de Caleigh la recordaba como una joven que amaba el K-pop, los dibujos animados y jugar con su hermano, describiéndola como el "sol de todos" que disfrutaba acurrucarse con su madre, abuela, hermanos y padrastro.

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Con información de El Heraldo de México