Para el experto en asuntos jurídicos, Jorge Chessal Palau, la Unidad de Control y Evaluación del Congreso del Estado nunca debió de existir. Pues argumentó que desde su origen, esta unidad era un mecanismo de control para la Auditoría Superior del Estado. Explicó que ante ello los diputados no tienen funciones constitucionales que los avalen para la convalidación de cuentas públicas o revisiones fiscales. “Cuando hablamos de un órgano autónomo éste no está exento de rendir cuentas, pero no está sujeto a la vigilancia de alguno de los poderes en la forma en que se estaría haciendo con la Unidad de Control y Evaluación”, dijo. En este sentido, Chessal Palau recordó que la ASE sí cuenta con una autonomía constitucional que la obliga a una autorregulación y en que en todo caso correspondería a procesos de responsabilidad y denuncias ciudadanas, actuar en el tema. Sin embargo destacó que hay una intención de los legisladores de ejercer un control sobre la ASE, pues dijo al Congreso del Estado no le gusta que le hayan quitado la facultad de la calificación de las cuentas públicas que en la mayoría de las veces eran usadas como “moneda de cambio de favores”, y usarse como beneficios de activos políticos importantes. “La unidad debe desaparecer es un órgano inútil que pone en riesgo la autonomía de la ASE, buscar controlar a la ASE no sirve de mucho porque la Unidad de Evaluación y Control es simplemente una función para lavar la cara del Congreso ante la sociedad luego de casos de como La Ecuación Corrupta”, amagó.