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El cambio ocurre mientras el ejército estadunidense elabora opciones de escalada
20:40 miércoles 15 octubre, 2025
MundoLa administración de Donald Trump autorizó de forma secreta a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) a realizar acciones encubiertas en Venezuela, intensificando una campaña dirigida contra el presidente Nicolás Maduro, según funcionarios estadounidenses que describieron el cambio bajo condición de anonimato al New York Times. La medida es el paso más reciente dentro de una estrategia de presión que, afirmaron, busca en última instancia expulsar a Maduro del poder.
De acuerdo con esas fuentes, la nueva autoridad —un hallazgo presidencial altamente clasificado— permite a la CIA llevar a cabo operaciones letales en Venezuela y ejecutar una variedad de misiones en el Caribe. La agencia podría actuar contra Maduro o su gobierno de manera unilateral o en coordinación con una operación militar mayor. No está claro si la CIA planea ejecutar operaciones inmediatas en territorio venezolano o si estas facultades se conciben como una contingencia.
El cambio ocurre mientras el ejército estadunidense elabora opciones de escalada para consideración del presidente, incluidos eventuales ataques dentro de Venezuela. En paralelo, el despliegue militar en la región es significativo: 10 mil soldados estadunidenses se encuentran destacados, en su mayoría en bases en Puerto Rico, además de un contingente de infantes de Marina en buques de asalto anfibio. La Armada opera ocho buques de guerra de superficie y un submarino en el Caribe. Durante semanas, fuerzas de Estados Unidos han atacado embarcaciones frente a la costa venezolana que, aseguran, transportaban drogas, con un saldo de 27 muertos.
Las autoridades describieron el hallazgo presidencial como la más reciente evolución de una estrategia sobre Venezuela desarrollada por el secretario de Estado Marco Rubio, con el apoyo del director de la CIA, John Ratcliffe. Este, en su audiencia de confirmación, prometió hacer a la CIA “menos reacia al riesgo” y más dispuesta a ejecutar operaciones encubiertas cuando lo ordene el presidente, “yendo a lugares donde nadie más puede ir y haciendo cosas que nadie más puede hacer”.
La Casa Blanca y la CIA declinaron comentar. Este mes, Trump ordenó además poner fin a las conversaciones diplomáticas con el gobierno de Maduro, citando su frustración por la negativa del líder venezolano a renunciar de forma voluntaria y por la insistencia de funcionarios venezolanos en que no participaron en el tráfico de drogas. Hasta ahora, la CIA contaba con autoridad para colaborar con gobiernos latinoamericanos en seguridad e intercambio de inteligencia —por ejemplo, con México contra cárteles—, pero no para ejecutar operaciones letales directas. El nuevo hallazgo amplía ese margen de acción.
Washington ha ofrecido 50 millones de dólares por información que conduzca al arresto y condena de Maduro por cargos de narcotráfico en Estados Unidos. Rubio ha calificado a Maduro de ilegítimo, y la administración Trump lo describe como un “narcoterrorista”. El gobierno estadounidense ha sostenido en documentos legales que Maduro controla la banda criminal Tren de Aragua; sin embargo, una evaluación de las agencias de inteligencia de Estados Unidos contradice esa conclusión.
Aunque la administración ha presentado justificaciones legales limitadas para su campaña, Trump notificó al Congreso que, a su juicio, Estados Unidos se encuentra en conflicto armado con cárteles de la droga que considera organizaciones terroristas. En un aviso al Legislativo, la Casa Blanca definió a dichos cárteles como “grupos armados no estatales” cuyas acciones “constituyen un ataque armado contra Estados Unidos”.
Las decisiones de la Casa Blanca que autorizan acciones encubiertas son secretos celosamente guardados. Suelen ser reautorizadas por administraciones sucesivas y su redacción rara vez se hace pública. Solo algunos miembros del Congreso son informados y, por norma, no pueden divulgarlas, lo que dificulta la supervisión. A diferencia de las operaciones militares —como los ataques marítimos contra presuntos buques de droga— que suelen hacerse públicas, las acciones de la CIA permanecen en secreto, aunque algunas, como la operación en la que SEAL de la Marina mataron a Osama bin Laden en 2011, se conocieron rápidamente.
La CIA ha intensificado su labor antinarcóticos durante años. Bajo Gina Haspel, la agencia destinó más recursos a México y América Latina. Con William J. Burns en el gobierno siguiente, comenzaron vuelos de drones sobre México para localizar laboratorios de fentanilo, y Ratcliffe más tarde amplió ese esquema. El nuevo hallazgo en torno a Venezuela, señalaron las fuentes, es en cierto modo una evolución natural de esos esfuerzos.
No obstante, el historial de acciones encubiertas de la CIA en América Latina y el Caribe es mixto. En 1954, la agencia orquestó el golpe que derrocó al presidente guatemalteco Jacobo Árbenz; en 1961, la Bahía de Cochinos concluyó en desastre y hubo intentos contra Fidel Castro. Ese mismo año, la CIA suministró armas a disidentes que asesinaron a Rafael Leónidas Trujillo en República Dominicana. La agencia también tuvo participación en el golpe en Brasil (1964), en episodios vinculados a la muerte de Che Guevara y otras operaciones en Bolivia, en el golpe en Chile (1973) y en la contra nicaragüense en los años 80.
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Las fuentes consultadas subrayaron que no hay confirmación pública de operaciones inminentes de la CIA en Venezuela, pero insistieron en que el Pentágono ha presentado al presidente opciones de escalada, incluidas acciones dentro del país sudamericano, como parte de una campaña que combina presión militar, autoridades encubiertas y objetivos políticos claros sobre el futuro del gobierno de Maduro.
Con información de Excélsior