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06:29 viernes 7 junio, 2019
PLUMAS NACIONALESEditorial EL UNIVERSAL / El barco se está hundiendo, Presidente El presidente Andrés Manuel López Obrador puede disentir de la metodología que usan Fitch, Moody’s y Standard & Poor’s para asignar calificaciones a la deuda del gobierno mexicano. La Secretaría de Hacienda puede expresar su desacuerdo con el enfoque aplicado para degradar, casi al mismo tiempo, los bonos soberanos y los de Pemex. Rocío Nahle puede tildarlas de ‘hipócritas’, pero lo que no pueden hacer es evitarlas. Los fondos globales tienen miles de millones de dólares invertidos en bonos mexicanos y necesitan saber si les van a pagar, en tiempo y forma, o si mejor se llevan su dinero a otro lado. La forma de saberlo es a través de las calificadoras de valores. Esto lo sabe el Presidente, porque cuando fue jefe de Gobierno en la capital del país, los dos secretarios de Hacienda que tuvo: Carlos Urzúa y Arturo Herrera –hoy a cargo de las finanzas públicas del país–, tuvieron que renegociar la deuda y se enfrentaron a las calificadoras. Argumentar que su metodología tiene ‘fallas’ porque no toman en cuenta la variable de la corrupción es, por decir los menos, inocente: a las calificadoras lo que les importa es la capacidad de pago de las entidades que emiten deuda en los mercados y cuando ven una tormenta a la vista, actúan, como lo hicieron el miércoles y jueves con el soberano y con Pemex. La analogía del barco y la tormenta ayuda a describir de mejor forma lo que están viendo no sólo las calificadoras, sino los bancos de inversión, los organismos internacionales y el propio Banco de México: que la economía mexicana se está debilitando rápidamente por diferentes factores. Uno, muy importante, es la sequía de inversión privada, ligada a la incertidumbre que generan los proyectos y las políticas públicas del nuevo gobierno; otro son los choques externos, derivados de la desaceleración económica mundial y las tensiones comerciales, ahora vividas en carne propia con las amenazas arancelarias de Donald Trump. Caso aparte es el de Pemex. Aquella malograda reunión de enero pasado en Nueva York, con analistas e inversionistas, fue sólo el preludio de lo que vendría. Según las declaraciones de algunos de los asistentes, la presentación del director financiero, Alberto Velázquez, los decepcionó. “Hay una completa desconexión con la percepción del mercado", dijo uno de ellos. "El director financiero no mostró entendimiento de la compañía y no impresionó para nada. Es problema de AMLO porque él lo eligió. Tiene que irse", soltó otro. A finales de enero vino la segunda llamada para el management de Pemex, cuando Fitch degradó la calificación de Pemex, dejando un escalón del grado especulativo, es decir, sin grado de inversión. Aquella vez, el presidente López Obrador llamó “hipócrita”, la calificación de Fitch, lo cual fue respaldado por la secretaria de Energía, Rocío Nahle, quien insistió en que Pemex está “mejor que nunca”. Nahle también cuestionó “las intenciones” de la agencia calificadora y aseguró no entender su resolución sobre Pemex. En marzo, el secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, pidió no hacer una tormenta en un vaso de agua por la perspectiva negativa de la deuda soberana por parte de Standard & Poor’s. “Hay que tomarlo como un granito de sal”, dijo, y a mediados de abril sostuvo que no creía que las calificadoras recortarían la nota de Pemex. El optimismo desbordado del secretario de Hacienda se juntó con la ingenuidad o desconocimiento del Presidente y la secretaria de Energía, porque este jueves Fitch le quitó el grado de inversión a Pemex, colocando sus bonos como ‘basura’. No sólo es Pemex o la calificación de la deuda. Sólo hay que echarle un ojo al sector industrial, técnicamente en recesión, a la inversión privada, a la venta de autos, a los indicadores de la industria manufacturera, a la confianza empresarial y del consumidor, para darse que ni el país ni la economía van bien, como lo aseguró ayer el Presidente. Aún estamos a tiempo de evitar que el barco se hunda, pero debe haber cambios radicales en las políticas de gobierno, se deben cancelar proyectos como la refinería de Dos Bocas y la ampliación del Aeropuerto de Santa Lucía, y si de verdad se quiere enviar un guiño a los inversionistas nacionales e internacionales, habría que revivir el aeropuerto de Texcoco. Y más vale que Pemex presente ya su plan de negocios, porque sin siquiera haberlo hecho Fitch ya le quitó el grado de inversión, mientras que Moody’s y S&P están al acecho. Si algo de esto no ocurre pronto, el barco de la 4T podría chocar con el iceberg y comenzar a hundirse junto con todos sus pasajeros: los mexicanos.
Semarnat y el NAIM
Le comentaba el miércoles pasado que la llamada que desde Semarnat se hizo el viernes 24 de mayo para que el vuelo AM198 regresar a la puerta de embarque por la exsecretaria Josefa González Blanco, la realizó su Coordinadora de Asesores María Julia Calderón Sambarino. Pues bien, coincidentemente la ahora también exfuncionaria tiene historial en el ámbito aeroportuario, sobre todo en la administración del presidente Enrique Peña Nieto, en la que se desempeñó como uno de los elementos clave de la dirección Corporativa de Infraestructura del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, entonces dirigido por Federico Patiño. En el GACM, Calderón Sambarino desempeñó cargos como gerente de Análisis Normativo y Procesos; subdirectora de Normatividad y Servicios Aeroportuarios, y subdirectora de Control de Obra Lado Tierra, el último hasta 2018 y siempre bajo la dirección del responsable de la construcción de la obra, Raúl González Apaolaza. Es curioso que la emblemática llamada la haya realizado un personaje con múltiples vínculos con el sector aeronáutico, pero más que en la Semarnat, encargada de autorizar los permisos para el aeropuerto de Santa Lucía, haya aterrizado, en el que se considera el segundo cargo de mayor trascendencia, una de las principales impulsoras de Texcoco.
Omnilife crece con nuevo CEO
Han pasado nueve meses desde que Amaury Vergara asumió la vicepresidente ejecutiva y la dirección general de Omnilife. En este periodo, la empresa que fundó su padre, Jorge Vergara, incrementó 25% sus ventas globales y mejoró su rentabilidad en 41%, de acuerdo con sus informes financieros. Además, se incrementaron en 60% los nuevos empresarios Omnilife y su línea de belleza, ahora llamada KENYA VERGARA, registró alzas de 77% en sus ventas. Grupo Omnilife, además, aumentó su huella de 19 países y abrió operaciones en África.
México: tercer país inseguro
Repitan conmigo, no hay crisis migratoria, eso no existe. La migración es un proceso con muchas motivaciones y expresiones que solo se vuelve una crisis cuando fallan las condiciones y estrategias en que se atiende el flujo de personas en movimiento, lo que ocurre durante el traslado, la espera y la integración de las personas migrantes. En el caso de México, el proceso migratorio ha desatado pocas crisis porque aunque ha enfrentado todo tipo de criminalidad organizada y salvo excepciones, se ha dado en condiciones muy precarias, a nadie le ha importado demasiado. Ni a los gobiernos mexicanos, la población mexicana, ni mucho menos a los diferentes ordenes de gobierno de los Estados Unidos ahora atentos a las “olas humanas” que transmite Fox News en horario estelar. Hay que ser claros, salvo momentos de visibilidad extrema de esos pobres que por décadas han cruzado todo un territorio nacional, solo algunas veces han sido nota o preocupación sincera, como cuando 72 migrantes asesinados fueron escándalo internacional (2010), o cuando las imágenes de niños migrantes que conmovieron a la opinión pública estadounidense obligaron al entonces gobierno de Peña Nieto a darle cuentas a Obama (2014). Entonces como hoy, se habló de crisis migratoria, porque los medios de comunicación y las sociedades exigieron a los gobiernos detener el flujo o por lo menos pedir que no se vieran tanto. Pasado el momento y con menos reflectores, la crisis aparentemente dejó de serlo o vaya a usted a saber a donde fueron los miles de los que se hablaba. ¿Quién no recuerda ahora la imagen del niño sirio muerto en la playa? En el momento mexicano actual lo que tenemos es un escenario en que se ha construido una crisis. Me explico. No podemos negar que quienes hoy pretenden caminar por México para llegar a Estados Unidos han alcanzado un número muy superior a lo que habíamos visto en los patrones de años anteriores, pero decir que por eso su aumento será exponencial y llegará a millones de manera casi automática, es confundir la migración con la producción de salchichas. Ante un número mayor de personas migrantes hay muchas otras variables que debemos considerar para explicar el éxodo lo mismo que para buscar equilibrarlo. ¿Acaso usted ha oído hablar de los gobiernos de origen de estos migrantes forzados a huir? Falta esa pieza de la maquinaria que alimenta el flujo actual y que es central para poder hacer realmente algo y no ceder a las primeras de cambio a las decisiones de Washington de blindar la frontera sur de México, que implica militarizar la vida de las poblaciones fronterizas que por siglos han convivido y que ahora un matón a sueldo exige como pago a su extorsión, “aranceles o plomo”, “migrantes o desestabilizo tu economía y a ver cómo le haces para gobernar”. ¿De veras nadie considera que las sociedades de origen de los migrantes están vivas, activas y deseosas también de ver cambiada su vida y dejar de ser los países señalados solo por sus miserables? En esa región que compone a Centroamérica –que a los mexicanos nos da por mencionar como un todo–, hay sociedades confrontando el poder corrupto (Guatemala), otras que se rebelan hoy mismo contra la imposición (Honduras), y las que pueden, apostando por que sus procesos electorales resulten la vía pacifica para salir de lo que creían su destino irremediable de desigualdad e impunidad (El Salvador, México). Por tanto, si a los que huyen se les pregunta por qué migran, entonces también se les debe preguntar a los gobiernos responsables de ese miedo lacerante qué están haciendo para evitar la salida de miles que tienen que pasar por un país que se está convirtiendo en su trampa. A México le urge responsabilizar e incluir a esos gobiernos en cualquier plan que busque desarticular “la crisis migratoria”, porque es más fácil que Trump y sus compinches pierdan la reelección que tanto anhelan, a que nosotros nos quitemos el estigma de aceptar ser un tercer país ¿seguro?, con tal de serenarlos.
Frentes Políticos 1. El defensor… de las selfies. El diputado Sergio Mayer se deslindó de cualquier relación con el líder de la iglesia La Luz del Mundo, Naasón Joaquín García, acusado de diversos crímenes en Estados Unidos. Lo hizo porque no sólo asistió el 15 de mayo pasado a un acto donde se homenajeó a Joaquín García, en Bellas Artes, sino que subió una transmisión en vivo para compartir el gran ambiente que se vivía. “Es complicado que llegues, te presenten, te toman una foto y preguntes por sus antecedentes penales o por sus creencias, sólo saludas a la persona y te tomas fotos, no hay mucho qué buscarle”. Mayer, quien se pinta como “defensor de la dignidad de las personas”, subió a sus redes material de aquella noche que, “no he bajado”, precisó. Del caso Luz del Mundo, dijo, “tiene que prevalecer la presunción de inocencia y si es culpable que pague”. Oooolé… ¿En verdad no lo conocía? 2. Regreso triunfal. Tras seis años encarcelado, reapareció en la vida pública Andrés Granier, exgobernador de Tabasco, y afirmó que el estado nunca estuvo en quiebra, pues, aseguró, su encarcelamiento fue solo una venganza política. Aseguró que va a limpiar su honor después de ser acusado por defraudación fiscal por un monto de dos millones 156 mil 489 pesos. “¡Te amamos químico!”, le gritaron las personas que esperaron al exmandatario a la salida de una radiodifusora, donde concedió una entrevista. “Regrese a dar la cara, soy tabasqueño y esta tierra es mi casa”, dijo. Caso para el sociólogo, la comunidad lo recibe como si hubiese salvado al mundo, y se olvidan de por qué lo tuvieron a la sombra. Dicen que lo quieren más que a Adán Augusto López Hernández, actual gobernador, con quien comería hoy. Ah, México… Así tus héroes. 3. Pilas puestas. Carlos Urzúa, secretario de Hacienda, no pierde el tiempo en aportar su granito de arena para la solución del conflicto que se suscitó entre Estados Unidos y México. La Unidad de Inteligencia Financiera, en coordinación con la cancillería y agencias del gobierno de México, bloquearon las cuentas bancarias de diversas personas físicas y morales que presuntamente han participado en el tráfico de personas migrantes y la organización ilegal de caravanas. Esto, tras la metodología desarrollada por la UIF al poner como elementos de alerta el tráfico de personas migrantes desde octubre del 2018 a la fecha. Los golpes a la cartera de la delincuencia organizada siempre son los más certeros. Y dicen en EU que México no le echa ganas al tema migratorio. ¡Bah! 4. Bienvenidos. Uno de los anuncios más importantes que se ha hecho es el que hizo ayer Juan Manuel Carreras López, gobernador de San Luis Potosí. Junto con directivos de la empresa alemana de vehículos BMW, se informó de una inversión de más de mil millones de dólares, con la inauguración de la planta más moderna de la firma en todo el mundo, que generará dos mil 500 empleos directos y 32 mil indirectos. El mandatario indicó que la entidad se convierte en un referente internacional y líder en la manufactura de unidades Premium, gracias a la sinergia de BMW y el talento de las y los potosinos que ahora forman parte de la familia de esta empresa. Le acompañó Alfonso Romo, jefe de la Oficina de la Presidencia. Bien canalizado, esto representará un antes y un después en la región. No lo desperdicien. 5. A la defensiva. Ante el amago de sanciones comerciales por parte de Estados Unidos a México, Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación, aclaró que “México está haciendo un gran esfuerzo en la frontera sur para controlar el flujo de migrantes, en especial los procedentes de Centroamérica. Según cifras de autoridades estadunidenses, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza detuvo en mayo a alrededor de 144 mil migrantes en su frontera con México. “Me sorprende el número de más de cien mil personas. Es una cantidad enorme de migración”, apuntó. El problema migratorio es una gran palomita de maíz, en cualquier momento ¡Plop! No se confíen.
Bitácora del director / El mitin en Tijuana
En el actual diferendo con Estados Unidos, el presidente Andrés Manuel López Obrador, no necesita probar que la mayoría de los mexicanos están ofendidos por la amenaza de Donald Trump de imponer aranceles a México y que, en ese sentido, esa mayoría apoya los esfuerzos que hace su gobierno por impedir que el chantaje se materialice. López Obrador incluso ha recibido el apoyo público de empresarios e intelectuales. Ayer, sin embargo, el Presidente decidió que quiere ver y escuchar el apoyo de la plaza, el escenario en el que él se siente más cómodo. Durante su conferencia mañanera, convocó a un mitin en Tijuana para el próximo sábado, al que llamó “acto de unidad en defensa de la dignidad de México y en favor de la amistad con los Estados Unidos”. Para mí, es una mala idea. Y lo es porque quiero que tengan éxito las gestiones que realiza el gobierno para conjurar la amenaza que ha lanzado Donald Trump. Escribo estas líneas sin saber el resultado de las pláticas, que ayer se reiniciaron en la sede del Departamento de Estado, en Washington, luego de que no tuvieron éxito en su primera jornada. Me parece que convocar a un mitin en Tijuana dará a Trump el pretexto que necesita para imponer los aranceles. Si eso es lo que, en el fondo, desea el presidente López Obrador, lo ignoro; pero no hay que ser muy perspicaz para adivinar que el inquilino de la Casa Blanca interpretará el “acto de unidad” como una agresión. Obvio es que ese mitin será una gigantesca mentada de madre para Trump. La simple convocatoria es un desmentido a los deseos de los que ha hablado López Obrador para que se mantenga la amistad entre él y su homólogo. La justificación para imponer aranceles extraordinarios a las exportaciones mexicanas ha sido el hecho de que están llegando grandes grupos a la frontera entre los dos países con la intención de entrar en Estados Unidos. De hecho, el día que hizo su anuncio, el jueves 30 de mayo, Trump lo ilustró con imágenes de una detención masiva de migrantes indocumentados, justo en el límite Tijuana-San Diego. Se queja Trump de que México ha dejado pasar este año a medio millón de centroamericanos… ¿y la respuesta es un mitin multitudinario en Tijuana? Por menos que eso, autoridades migratorias de Estados Unidos han cerrado la garita local. Además, la imagen de un mitin en la frontera –en el que seguramente habrá reproches– no va a ayudar a México a hacerse de los apoyos que necesita en Estados Unidos para enfrentar a Trump. Va a ser difícil distinguir si el mitin es contra el Presidente estadunidense o contra el país. Igual que en México, aquél es, al mismo tiempo, jefe de Estado y gobierno. ¿A qué mexicano le gustaría que Trump encabezara en estos momentos un mitin en la frontera en la que se lanzaran expresiones contra México o contra su Presidente? Imaginemos un escenario en el que algo se sale de control el sábado en Tijuana: una agresión –incluso instigada por provocadores– contra un ciudadano, una empresa o el consulado de EU, o un intento masivo de cruzar la frontera. Nada benéfico traerá ese mitin. Es lógico que se convertirá en un festival de insultos para Trump, lo cual provocará aún más al irascible mandatario e incluso orillará a sus rivales políticos en Estados Unidos a parecer antiestadunidenses si siguen repudiando la aplicación de los aranceles. ¿Acaso se busca justamente eso? ¿Condenar a la economía del país en aras de la popularidad?